Thursday, May 13, 2010

Desigualdad y Violencia

En un artículo académico de 2004 en el Journal of Development Economics, R. Soares estudia las variables causantes de violencia para una muestra de cerca de 80 países en años recientes y encuentra una relación directa de varias medidas de desigualdad económica hacia diferentes tipos de crimen. Para explicar los resultados encontrados en este estudio y las implicaciones de sus hallazgos, hacia el final del texto el autor usa un interesante ejemplo: “...la reducción de la desigualdad en un país como Colombia a niveles comparables a los de Argentina, Australia o el Reino Unido reduciría los robos en un 50% y los crímenes de contacto (atracos, crímenes sexuales, asaltos) en un 85%”. Esto, desde luego, sin cambiar otras variables como el crecimiento económico o los niveles de educación y urbanización.

Este resultado tiene implicaciones importantes sobre el debate político actual en Colombia. Más desigualdad económica genera más crimen; lo que esto quiere decir es que hay algo cercano a una ley en las ciencias sociales que muestra una relación causal de la primera al segundo, lo cual no indica que los teóricos del tema justifiquen el crimen ante una situación de desigualdad; de ninguna manera. Lo que esto significa es que tal relación se encuentra de forma generalizada al analizar diferentes sociedades. Divulgar este resultado, insisto, no es justificarlo y culpar al que lo divulga es tan absurdo como decir que Newton es responsable de la caída de los aviones por el hecho de descubrir la ley de la gravedad.

El quehacer científico consiste en mostrar la verdad; puede que no nos guste un hecho pero eso no es razón suficiente para negarlo o desconocerlo a cambio de buenas intenciones. Que no nos guste la ley de la gravedad no es razón para que no se acepte y se tomen medidas para evitar que esta afecte nuestras vidas. De igual forma, desconocer que la desigualdad económica genera violencia no es simple ideología política: es un hecho encontrado en las ciencias sociales que nos indica que debemos mejorar las condiciones de equidad si queremos reducir las tasas de criminalidad.
Así, decir que teorías como estas justifican o invitan a la violencia, como lo hizo esta semana Antanas Mockus ante la correcta explicación de Gustavo Petro, es un exabrupto, es querer tapar el sol con un dedo y es, ante todo, un rechazo a la verdad, típico de cualquier político tradicional. De un académico se esperaría una respuesta mucho más responsable y que antepusiera la evidencia científica a la esperanza, las ganas de que las cosas sean diferentes y, sobretodo, al cálculo político.

Sí bien los valores de una sociedad pueden transformarse con procesos educativos y, de esta forma tener un impacto en variables que afectan a la ciudadanía, esto no permite desconocer el estado actual de las cosas y, mucho menos, descalificar a alguien por mostrar la verdad, por desagradable que esta nos parezca.

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Versión (reducida) de El Espectador, aquí