Monday, August 30, 2010

Aprueban la continuación de las corridas de toros en Colombia

Tomado del libro "César Imperator" de Max Gallo (p.87):
"César se instala en las gradas del Circo Máximo. La gente debe verlo asistiendo a los debates de los gladiadores, levantándose cuando un galo alce su espada para rebanarle el cuello a un tracio y cuando el lanista suelte a un tigre en la arena y la masa salte, entusiasta, animando al galo, que pronto se convierte en poco más que un cuerpo lacerado, destrozado en pedazos. Cuando la plebe grite que quiere otro combate, entonces hay que decirle, de pie y vuelto hacia ellos: «¡Ciudadanos de Roma, yo os lo doy!» Y la plebe lo aclamará."
Vean la noticia aquí, y saquen ustedes sus propias conclusiones.

Sunday, August 29, 2010

Por la Prohibición a la Barbarie Contra los Animales en Colombia

En días pasados escribí en favor de la decisión del parlamento Catalán de prohibir las corridas de toros a partir de 2012. Decía entonces que si bien la decisión fue tomada más por motivos políticos que por razones relacionadas directamente con el trato de los animales, era, sin duda, un motivo de celebración para los defensores de los derechos de los animales en todo el mundo.

Luego de casi un año desde que la discusión del tema en Colombia fuera archivada, este lunes la Corte Constitucional la retoma con el fin de definir la Ley de Protección Animal. A diferencia del caso Catalán también se incluyen en el cerrado debate otras prácticas de similar naturaleza como las corralejas y las peleas de gallos.

En el debate anterior en Colombia la posición del procurador Alejandro Ordoñez fue en favor de los seguidores de la tauromaquia "por considerar que se trataba de celebraciones arraigadas en la cultura de los pueblos", posición compartida por muchos de quienes disfrutan esta práctica. Vuelvo a lo que expresaba en mi entrada anterior sobre el tema: que una práctica se haya llevado a cabo a lo largo de la historia no es un argumento de peso para seguirla realizando; las sociedades se equivocan todo el tiempo, algunas veces se dan cuenta de sus errores y en otras menos tienen el valor de corregirlos. Pensemos en el circo romano, los sacrificios de vírgenes para hacer llover o el castramiento de jóvenes con voces hermosas: todas estas fueron prácticas muy arraigados a las tradiciones de sus pueblos, aberrantes en extremo, desde luego, pero que poco a poco se fueron superando. Si bien estamos atados a lo que hemos sido históricamente, no es correcto enorgullecernos de nuestros errores, más aún cuando los hemos visto de forma clara y tenemos ejemplos de otras sociedades que los han corregido.

Si la prohibición de los toros en el caso Catalán fue por razones políticas pues si quieren también hay razones políticas de sobra para su prohibición en el caso colombiano: estamos orgullosos de la lengua que nos trajo España, de sus grandes escritores, de la forma como sus guitarras penetraron nuestra música, de su exquisita cocina, y de muchas otros aspectos de su rica cultura. Pero somos un pueblo maduro; somos capaces de tomar lo que nos gusta y rechazar lo que nos parece incorrecto; así que también podemos mostrar nuestra madurez política rechazando la barbarie que rodea al toreo por más arraigada que esta práctica se encuentre a nuestra herencia española.

Ahora, quitándole el tinte político y centrándonos específicamente en la decisión que nuestros magistrados tomarán el miércoles, que sea la oportunidad para que gallos, toros y demás animales que son torturados en Colombia no sigan siendo una extensión de la ya alta carga de violencia en que hemos vivido todos estos siglos. Que seamos capaces de rectificar los errores históricos y tomar un rumbo más acorde con los tiempos en que vivimos. Que continúe la serie de decisiones ejemplares tomadas por la Corte Constitucional y que tanto bien le ha hecho al país.

Ya tendremos oportunidad de discutir acerca de esta decisión,...


pd. El tema de las libertades, que ha sido también un argumento importante en este debate, lo discuto en detalle aquí.

Thursday, August 26, 2010

Otro Lado Incómodo de la Democracia: WikiLeaks

Julian Assange
La defensa de economías de mercado y democracias liberales ha sido parte fundamental del discurso de las sociedades occidentales durante las últimas décadas. De forma poco sorprendente, tras el fin de la guerra fría Francis Fukuyama declaraba que el triunfo de occidente sellaba el "fin de la historia", con lo cual los grandes conflictos de épocas pasadas empezarían a desaparecer mientras que las libertades políticas y económicas se extenderían a lo largo del planeta. Las bondades de la democracia son contadas de formas innumerables, y no pocas veces se contrastan las libertades que goza Occidente con las marcadas limitaciones que se enfrentan en otras civilizaciones: viene inmediatamente a la cabeza la imagen de una joven mujer californiana al lado de otra mujer en Afganistán donde la última está cubierta por una burqa.

Sin embargo, los tantas veces pregonados principios democráticos -que han llegado a servir como excusa para incursiones militares en sociedades en cualquier lugar del globo-frecuentemente generan situaciones incómodas incluso para aquellos que dicen ser sus principales defensores. En 2006 con el lanzamiento de la página de internet WikiLeaks.org una de estas situaciones empezó a consolidarse y hemos visto estos principios democráticos sujetos a una serie de excepciones. Al igual que en otras ocasiones, vemos también cómo son acomodados frente a la realidad y los protagonistas del momento, matizados para garantizar la preservación del status quo o, en general, re-definidos con una serie de "peros".

WikiLeaks, compañía creada por el programador de computadores Australiano con estudios en física y matemáticas, Julian Assange,  se ha dado a la tarea de divulgar documentos que los gobiernos o grandes empresas alrededor del mundo consideran confidenciales y que contienen información que compromete los intereses de varias partes. En muchos casos la información que alcanza la luz pública gracias al trabajo de Assange y sus colaboradores ha sido motivo de escándalo, y ha dado lugar a importantes transformaciones políticas. Un claro ejemplo de esto ocurrió en Kenya con la revelación de documentos que mostraban un caso de corrupción extrema por parte del gobierno y que significó su derrota en el intento de re-elección presidencial. Con este escándalo WikiLeaks se dio a conocer ante el mundo como una organización que busca luchar contra la corrupción y sacar a la luz pública información clasificada.

Otro paso importante en la trayectoria de esta organización se dio el pasado mes de abril con la publicación del famoso video "Asesinato Colateral" en el cual soldados estadounidenses llevan a cabo un ataque contra civiles -algunos de ellos menores de edad- durante la guerra en Iraq en 2004. Como resultado de la operación que aparece en el video, al menos dieciocho personas pierden la vida, incluyendo dos periodistas de la agencia de noticias Reuters. Luego de tres años de intentos por conseguir el video celosamente escondido por el gobierno estadounidense, Reuters fracasa y sólo tiene acceso a este cuando es divulgado por WikiLeaks.

"Asesinato Colateral"

Siguiendo con esta serie de informaciones filtradas a la opinión pública, el pasado 26 de julio WikiLeaks da su golpe más destacado -algunos llegan a considerarlo la labor periodística más importante de la historia- al subir a su página de internet cerca de 77000 documentos confidenciales del gobierno de los Estados Unidos acerca de las operaciones militares llevadas a cabo en Afganistán. Los documentos incluyen información sobre reuniones secretas entre Paquistaníes y miembros del Talibán, así como el encubrimiento de la muerte de civiles  víctimas de la confrontación armada. Al mismo tiempo WikiLeaks mantiene su anuncio de publicar 15000 documentos adicionales referentes a la guerra en Afganistán.

El modelo de funcionamiento de WikiLeaks es similar a aquel adoptado por algunos medios informáticos como Mozilla, OpenOffice, Ubuntu o Wikipedia: contribuyentes a lo largo y ancho del planeta aportan su conocimiento e información para el desarrollo de un proyecto común. Si bien, WikiLeaks técnicamente no es un wiki en la estricta definición del término, ya que las publicaciones son clasificadas y verificadas por la organización antes de salir a la luz pública y no son de control directo de los usuarios, la comunidad virtual contribuye a la compilación de los documentos enviando el material que, considera, debe ser divulgado. Por su parte, WikiLeaks se encarga de encriptar este material a fin de que no sea captado por los sistemas de rastreo de los gobiernos o empresas interesadas, así como de distribuirlo en diferentes servidores en varios lugares del mundo. Los documentos se presentan en su forma original, sin procesamiento ni análisis, y por razones de seguridad se omiten las fuentes.

En este respecto, el tema de la seguridad de los informantes ha sido uno de los puntos de crítica más álgidos contra WikiLeaks ya que, de acuerdo al discurso oficial, la integridad física de los informantes puede ser puesta en riesgo por el carácter de la información que se publica. WikiLeaks ha sido calificada por el gobierno de los Estados Unidos como irresponsable, como una amenaza a la seguridad nacional, e incluso ha dicho que podría tener sus manos manchadas de sangre. Consciente del riesgo que involucran sus publicaciones, la organización recientemente le propuso al Pentágono la revisión de los 15000 documentos que están por salir a fin de eliminar los nombres e información de personas que puedan estar en peligro tras su publicación. Ante esto el Pentágono ha mostrado su negativa a lo que llama una versión "minimizada" o "saneada" de una entrega de WikiLeaks. Al mismo tiempo, los ataques personales contra Assange incluyen una reciente demanda con cargos de abuso sexual, los cuales fueron retirados pocas horas después por falta de fundamento: una clara táctica de desprestigio poco profesional y un intento por desviar la atención ante los documentos próximos a salir.

En dirección contraria, la organización recibe premios de prensa en nuevos medios con orígenes tan diversos como el de The Economist en 2008 o el de Amnistía Internacional en 2009. Asimismo, el gobierno de Islandia, que condena la restricción en la información de reportes bancarios ofrecida al público, preparó un paquete de leyes a ser implementadas el próximo año y que convertirían el país en un "Paraíso de la Prensa Libre Global". En términos de la opinión pública, las donaciones que recibe la organización crecen exponencialmente al tiempo que se inician campañas a través de la red para que aquellos que declasifican la información sean considerados como defensores de la democracia y no como criminales, tal y como se ha hecho en los últimos meses.

Precisamente la discusión sobre el carácter democrático de WikiLeaks es uno de los temas que genera más controversia. Mientras para los gobiernos y compañías interesados en ocultar información, el trabajo de Assange representa una seria amenaza a la democracia, grupos de activistas y periodistas independientes, entre muchos otros, consideran este trabajo primordial para el buen funcionamiento de las instituciones en las que esta se basa. La libertad de prensa y de acceso a la información aparecen, en este orden de ideas, como un pilar fundamental de cualquier sociedad que se quiera hacer llamar democrática, y el trabajo de WikiLeaks lo que hace precisamente es sacar a la luz un gran volumen de información, aunque mucha de ella resulte bastante inconveniente.

No es sorpresa, entonces, que aparezcan intentos de acallar estas voces y censurar el material que pueda ser divulgado por WikiLeaks, dado el beneficio que el control de la información le ha significado a múltiples gobiernos y empresas a lo largo de la historia. Así, cuando la información está en manos de quienes pueden manipularla y tergiversarla para favorecer sus objetivos, y de esta forma conseguir que la imagen que recibe la opinión pública coincida con aquella que los favorece, se habla de defender la libertad de prensa y el acceso a la información. Una situación bastante diferente ocurre cuando está información cae en "las manos equivocadas" y es utilizada para revelar los más oscuros secretos de estos gobiernos y compañías, sus prácticas deleznables y el encubrimiento de la verdad ante los ojos de las masas que los eligieron a través de mecanismos democráticos. En tal caso hablar de censura, de secretos de Estado y de restricciones a la información, resulta ser bastante razonable para aquellos que se precian de ser defensores de la democracia.

Ante los escándalos que han salido a la superficie gracias al trabajo de WikiLeaks, la respuesta ha sido condenar al medio por el cual estos se revelan y no los hechos revelados en sí mismos. Es la típica práctica de matar al mensajero que trae malas noticias, y es una clara falta de atención a los verdaderos problemas de fondo. Tal como afirma Assange en referencia a "Asesinato Colateral": "[el video] envía un mensaje de que a alguien dentro del ejército no le gustan las cosas que están pasando". Pero entonces la solución es silenciar las voces inconformes en lugar de revisar las prácticas que llevan a este creciente inconformismo.

El tipo de trabajo realizado por WikiLeaks juega un papel fundamental en el escenario de Web 2.0 que vivimos actualmente. Hasta hace pocos años la ciudadanía estaba lejos de tener acceso a la información ya que esta era principalmente producida y procesada por grandes empresas dueñas de los medios. De forma similar, resultaba difícil para las voces de oposición llegar a muchos lugares, lo cual facilitaba la manipulación de las masas con base en información falsa o interpretaciones convenientes. Con la aparición de las redes sociales, blogs, wikis y páginas para compartir videos, entre otros medios, la ciudadanía se vuelve productora de información masiva,  generadora de opiniones a gran escala, y encuentra múltiples espacios donde debatirlas. Sin embargo, es con la aparición de páginas como WikiLeaks que aparece la posibilidad de tener acceso a información de primera mano y será el trabajo de académicos, periodistas, analistas y usuarios independientes el que permita hacer un uso adecuado de esta información.

Mientras aquellos con intensiones de ocultar información se esfuerzan por silenciar a WikiLeaks y considerarlo una amenaza  para la democracia, es responsabilidad de las voces en favor de ella luchar por la transparencia en las prácticas de los gobiernos y empresas. No podemos hablar de democracia en sociedades donde los ciudadanos desconocen lo que sus gobiernos hacen con el poder que estos -los ciudadanos- decidieron otorgarles. Y si no nos gusta que la información esté en manos del público, entonces ¿de qué democracia estamos hablando?



Another Inconvenient Side of Democracy: WikiLeaks

Julian Assange
The defense of market economies and liberal democracies has been a fundamental part of the discourse of Western societies in recent decades. Not surprisingly, right at the the end of the Cold War Francis Fukuyama declared that the triumph of the West sealed "the end of history", with which the great conflicts of the past would begin to disappear while political and economic freedoms would be extended throughout the world. The benefits of democracy are told in countless ways, and the freedoms people enjoy in the West are often contrasted with the great limitations people face in other civilizations; it immediately comes to mind the image of a young Californian woman next to another woman from Afghanistan where the latter is covered by a burqa.

However, the often-touted democratic principles -that have also been used as an excuse for military incursions in places anywhere in the globe- in many occasions create uncomfortable situations even for those who claim to be their main supporters. In 2006 with the launch of the website WikiLeaks.org one of these situations started to consolidate and we have seen these democratic principles subject to a number of exceptions. As in other occasions, we have also seen how they are arranged before the reality and the protagonists of the moment, tempered to ensure the preservation of the status quo or, in general, re-defined with a series of "buts."

WikiLeaks, a company created by the Australian computer programmer with studies in physics and mathematics, Julian Assange,  has taken the task of disclosing documents that governments and large companies around the world considered confidential and contain information that compromises the interests of various parties. In many cases the information that reaches the public eye thanks to the work of Assange and his colleagues has been a motive of scandal, and has led to significant political changes. A clear example of this occurred in Kenya with the disclosure of documents showing a case of extreme corruption by the government, which meant its defeat in its attempt for being re-elected. With this scandal WikiLeaks appeared to the world eyes as an organization that seeks to fight corruption and expose classified information.

Another important step for the organization occurred last April with the publication of the famous video "Collateral Murder" in which American soldiers carried out an attack against civilians, some of them minors, during the war in Iraq in 2004. As a result of the operation that appears in the video, at least eighteen people were killed, including two journalists from the Reuters news agency. After three years of trying to get the video jealously hidden by the U.S. government, Reuters fails and only has access to it when it is released by WikiLeaks.
"Collateral Murder"

Following this series of information leaked to the public, last July 26 WikiLeaks gives its most notable blow -some people even consider it the most important journalistic work in history- by posting to its website about 77000 confidential documents of the United States government on its military operations in Afghanistan. The documents include information about secret meetings between Pakistani and Taliban members and the concealing of the death of civilians, victims of the armed conflict. At the same time, WikiLeaks maintains its announcement of posting 15000 additional documents concerning this war.

The WikiLeaks working model is similar to that adopted by some modern organizations such as Mozilla, OpenOffice, Ubuntu or Wikipedia: contributors throughout the world share their knowledge and information for the development of a common project. While WikiLeaks is not technically a wiki in the strict definition of the term, as the publications are classified and verified by the organization before reaching the public, and are not directly under users' control, the virtual community contributes to the compilation of documents by sending the material, they believe, must be disclosed. WikiLeaks encrypts the material so it is not captured by the tracking systems of governments or companies involved, and distributes it on different servers in various locations around the world. The documents are presented in their original form, without processing or analysis, and for security reasons the sources are omitted.

In this regard, the issue of the informants safety has been one of the most important points of criticism against WikiLeaks; according to the official discourse, the physical integrity of the informants can be put at risk by the nature of the information that is published. The government of the United States has called WikiLeaks irresponsible, a threat to national security, and has even said that they might have blood on their hands. Aware of the risks involving its publications, the organization recently proposed the Pentagon's review of the 15000 documents yet to be released in order to eliminate the names and information of people who may be jeopardized after the publication. In response, the Pentagon has shown its refusal to release what it calls a "minimized" or "sanitized" version of WikiLeaks. At the same time, the personal attacks on Assange include a recent demand on charges of sexual abuse, which were removed a few hours later for lack of foundation: a clear amateur smear tactic and an attempt to deflect attention before the additional documents are released.

In the opposite direction, the organization receives press awards in new media with origins as diverse as The Economist in 2008 or Amnesty International in 2009. Also, the Icelandic government, who condemns the restriction on information on bank statements provided to the public, prepared a law package to be implemented next year and that would make the country a "Global Press Freedom Haven." In terms of the public opinion, the donations received by the organization grow exponentially while campaigns are initiated through the web so that those who declassify information are be considered as defenders of democracy and not as criminals, as it has been the case in recent months.

The discussion on the democratic nature of WikiLeaks is precisely one of the topics that generates most controversy. Whereas for governments and companies interested in hiding information, Assange's work represents a serious threat to democracy, activists and independent journalists, among many others, consider this work essential for the proper functioning of the institutions in which democracy is based. Press freedom and access to information are a fundamental pillar of any society that wants to be called democratic, and what the work of WikiLeaks does is precisely exposing a large volume of information, although much of it is rather inconvenient.

Not surprisingly, then, given the benefits that the control of information has meant to many governments and businesses over history, there have been several attempts to silence these voices and censor the material that can be released by WikiLeaks. Thus, when the information is in the hands of those who can manipulate it and twist it to further their objectives, and thus make the public receive the image that matches the one that favors them, we hear talks about defending freedom of the press and access to information. A quite different situation occurs when the information falls in the "wrong hands" and is used to reveal the darkest secrets of these governments and companies, their despicable practices and the concealment of truth in the eyes of the masses who elected them through democratic mechanisms. In this case speaking of censorship, State secrets and restrictions on information, is quite reasonable for those who pride themselves on being champions of democracy.

Before the scandals that have surfaced thanks to the work of WikiLeaks, the response has been to condemn the means by which these facts have been revealed and not the facts themselves. It's the typical practice of killing the messenger who brings bad news, and is a clear lack of attention to the real underlying problems. As stated by Assange in reference to "Collateral Murder": "[The video] sends a message that some people within the military don’t like what is going on." But the solution has been to silence dissenter voices instead of reviewing the practices that lead to the growing dissent.

The type of work done by WikiLeaks plays a key role in the Web 2.0 scenario in which we live today. Until recent years the public was far from having access to information as it was mainly produced and processed by large companies that own the media. Similarly, it was difficult for opposition voices to reach many places, which facilitated the manipulation of the masses based on false information or on convenient interpretations. With the emergence of social networks, blogs, wikis and video sharing sites, among others, ordinary citizens become mass producers of information and opinions, and find many spaces where debate them. However, only with the emergence of sites such as WikiLeaks the ability to access first hand information appears, and the accurate analysis of this information will be the work of academics, journalists, analysts and independent users.

While those with intentions of hiding information are striving to silence WikiLeaks and consider it a threat to democracy, it is the responsibility of the voices in favor of it to fight for transparency in the practices of governments and businesses. We can not talk about democracy in societies where people do not know what their governments do with the power that these people decided to give them. And if we do not like the information in the hands of the public, then, what democracy are we talking about?


Thursday, August 19, 2010

Contra el Optimismo de Unidad Nacional

¿Medio lleno o medio vacío?
Al parecer no se equivocaba William Ospina en su columna del pasado 8 de Agosto, tras la posesión de Juan Manuel Santos, al titularla "¿La Hora del Olvido?" Sí, al parecer no se equivocaba porque precisamente una fiebre de olvido acompañada de altas dosis de optimismo parece ser hoy la combinación favorita para muchos colombianos. Y es que tan mal acostumbrados quedamos de la forma de hacer política tras los últimos ocho años, que los actos que ha llevado a cabo el nuevo Presidente -nombramiento de un gabinete de alto perfil, inicio de restablecimiento de relaciones con Venezuela, acercamiento a las Cortes, diálogo con la oposición, etc.- y que serían condiciones básicas en cualquier democracia, han puesto a soñar a muchos y han generado un inusitado optimismo.

No es que el optimismo generado por el discurso Unidad Nacional sea un problema en sí mismo, aunque esto podría discutirse. Lo que es verdaderamente preocupante es que, como en tantas otras ocasiones, pensemos que en la historia es posible hacer "borrón y cuenta nueva"; que olvidemos que las sociedades siguen trayectorias de largo plazo de las que es muy difícil escapar, así como que incluso los más remotos acontecimientos pasados tienen influencia sobre los resultados que se puedan alcanzar hoy. Sin ir al extremo de buscar explicaciones deterministas en cada fenómeno que observamos, basta ver el legado que los períodos de la conquista o de las guerras de independencia dejaron en el imaginario colectivo y en la forma de organizar las sociedades latinoamericanas, para entender que no es fácil quitarse de encima el peso de la historia. Ahora, si incluso algunos eventos remotos condicionan el presente de la sociedad, ¿qué podremos decir de aquellos más cercanos en el tiempo? Es simplemente imposible escapar de las prácticas que nos han acompañado en los últimos años y reinventar el país en un par de semanas.

No obstante, y al parecer yendo en contra de estas leyes de la historia, el discurso de la Unidad Nacional y las primeras señales de este gobierno parecieran estar generando en muchos una sensación de re-comenzar, de "nuevo amanecer", la idea de que la historia no importa. Es lamentable ver cómo en un abrir y cerrar de ojos los protagonistas de los más oscuros hechos del gobierno pasado hoy son la materialización del optimismo colectivo; es también lamentable que hayan bastado algunas decisiones acertadas en dos semanas de gobierno para contrarrestar los escándalos que tanto conocemos. Se nos olvidaron ya las avionetas fumigadoras, las tierras escogidas para los más ricos, el colapsado sistema de salud, los jóvenes de Soacha, el espionaje del DAS, la estigmatización y persecución de la oposición, y la incómoda posición de Colombia en la región, entre tantos otros.

Las decisiones del gobierno entrante parecieran ser entendidas como una clara ruptura con el pasado, y probablemente sí representen una ruptura, pero de una forma bastante diferente a como han sido recibidas. Para Juan Manuel Santos -que seguramente entiende el significado de la historia mejor que muchos de sus seguidores- su verdadera historia es la de una de las familias más influyentes del país, dueña de medios de comunicación, y con una tradición importante al interior del gobierno. Sin duda los últimos años al lado de Uribe también son importantes para él, pero su peso es reducido al compararse con todo el bagage  que acompaña al apellido Santos. La importancia relativa de la historia reciente frente a la de varias generaciones en la vida del país, se traducen en el estilo e intereses de la política que se llevarán a cabo en este gobierno, y es así como deben ser tomados. Es decir, las decisiones de Santos deben entenderse como un reconocimiento de su fidelidad a su propia historia, y al mismo tiempo como su interés en quitarse de la sombra de Uribe, más que como un intento de cambiar el rumbo histórico del país.

Después de los horrores del gobierno pasado, el cambio en las formas que ofrece el nuevo gobierno es bienvenido, desde luego. Lo que no es aceptable es el rápido olvido que parece tomarse el ambiente, acompañado de la creación de falsas expectativas basada en decisiones de dos semanas. Menos aceptable aún cuando es poco lo que se anuncia en temas que aquejan a amplios sectores de la población como la equidad social o el respeto por los derechos humanos.

Se ha condenado al pesimismo como una de las peores prácticas para "alcanzar el éxito" y la salud física y mental, opinión ampliamente rebatida por algunos filósofos y otros escritores escépticos frente a las bondades del optimismo. Sin embargo, más que una buena actitud frente a los hechos recientes sería recomendable ubicar la coyuntura política y económica en el contexto histórico adecuado y que sea precisamente la historia la que nos indique la actitud a tomar frente a las noticias del día.

De poco ha servido el entusiasmo pasajero que nos ha embriagado tras los cambios de gobierno; recordemos el optimismo y los vientos de cambio que se sentían los primeros meses tras la posesión de Uribe (¡que a algunos les duraron ocho años!). ¿De qué sirvió todo este optimismo y el "cheque en blanco" girado al gobierno? Una actitud crítica, independiente y que responda menos a las pasiones del momento seguramente le sirve más al país que un desenfrenado optimismo de dos semanas. Y sí,... ¡ser pesimista puede ser una mejor opción!

pd. En medio del desenfreno optimista, aparte del artículo de Ospina que menciono al inicio, fue también refrescante encontrar este de Rodolfo Arango.
¡Medio vacío!

Thursday, August 12, 2010

Los Intelectuales Contra el Papa,... Y Justicia Para Todos

El próximo mes de septiembre y en medio de una serie de escándalos que ha rodeado a la iglesia católica durante los últimos meses, Benedicto XVI visitará el Reino Unido en lo que se ha convertido en un acontecimiento lleno de choques entre la comunidad católica y sus opositores.

Algunos de los eventos que han generado controversia son el anuncio del cobro de la entrada a los asistentes a los eventos oficiados por el Papa, y la renuencia de miles de ciudadanos  a pagar con sus impuestos el gasto que la visita significa para el Estado Británico, todo esto en medio de los bien conocidos escándalos de pedofilia por parte de miembros del clérigo. Sin embargo, uno de los hechos que más ha llamado la atención tras el anuncio de esta visita es el intento de respetados intelectuales británicos de generar una orden de arresto contra el pontífice, a fin de capturarlo una vez este pise suelo inglés.

Richard Dawkins
La propuesta ha sido liderada por Christopher Hitchens, periodista y escritor, autor del bestseller "Dios no es Bueno", y Richard Dawkins, biólogo evolutivo, autor, entre otros, de "El Gen Egoista", "El Relojero Ciego" y "El Espejismo de Dios". El pasado mes de abril Hitchens y Dawkins dieron inicio al estudio de la posibilidad de arrestar al jerarca de la iglesia católica alegando crímenes contra la humanidad a causa del encubrimiento de repetidos casos de violaciones de menores por parte de ministros de la iglesia en la década de los ochenta. Durante esos años el hoy Papa se desempeñaba como líder de la Congregación para la Doctrina de la fe -encargada, entre otros, de responder por casos de abuso de menores- y era entonces conocido como arzobispo de Munich. Nuevamente, en 2001, siendo entonces conocido como Cardenal Ratzinger, este ordena cubrir los casos de violaciones de menores, argumentando que es primordial poner los intereses de la iglesia por encima de la seguridad de los niños. En un edicto con su firma, el líder religioso ordena que en este tipo de casos, en lugar de hacerse la denuncia ante las autoridades respectivas, se convenza a las víctimas de guardar silencio al respecto.

Christopher Hitchens
De acuerdo con esta política y ante los escándalos en contra del  padre Lawrence Murphy, quien es acusado de haber violado a cerca de 200 niños sordos, Ratzinger ordena su traslado a otra parroquia en lugar de autorizar su inmediato sometimiento a la justicia. Se ha revelado que esta práctica hace parte de los procedimientos ordenados directamente por el Vaticano para afrontar este tipo de delitos (crimen sollicitationis), y ha sido llevada a cabo en países tan distantes como Brasil, Irlanda y los Estados Unidos, así como a lo largo del resto del mundo católico. Esto significa el nombramiento de curas en nuevas parroquias, con el conocimiento de los arzobispos acerca de sus pasadas violaciones de menores y, en múltiples casos, propiciando la comisión de nuevas violaciones en las parroquias adonde eran trasladados.

El procedimiento legal que se llevaría a cabo en el intento de poner al Papa tras las rejas sería similar a aquel que permitió la detención de Augusto Pinochet como resultado de las violaciones a los derechos humanos ocurridas durante la dictadura chilena de 1973 a 1989. Cuando Pinochet visitó el Reino Unido en 1998 fue capturado por las autoridades británicas en respuesta a la solicitud de extradición por parte del juez español Baltasar Garzón bajo cargos de crímenes contra la humanidad. Sin embargo, como era de esperarse, en el caso de Benedicto XVI la comunidad católica en varios lugares del mundo ha respondido negativamente ante este anuncio y ha aunado esfuerzos para bloquear el progreso de la orden de arresto en su contra. De hecho, la semana pasada el gobierno británico en voz del nuevo secretario de Justicia, Ken Clarke, se pronunció en contra de la iniciativa declarando que no permitiría el arresto del Papa, para lo cual sería necesario modificar la ley que en el pasado permitió la captura del dictador chileno.

Benedicto XVI
Esta postura oficial también ha generado una fuerte respuesta por parte de las víctimas de los crímenes de la iglesia y de múltiples organizaciones, en lo que han llamado "la protección de abusadores por parte del gobierno británico". Tras estos hechos la batalla legal por generar la orden de captura contra el Papa continúa y el tema de la "excepcionabilidad" de los líderes católicos se debate en diversos medios (Ver artículo o video). Geoffrey Robertson, prestigioso abogado en temas de derechos humanos y jurista de las Naciones Unidas, quien está a cargo del caso, confía en la posibilidad de lanzar una acción civil contra el Papa o, en su defecto, llevar el caso ante la Corte Penal Internacional. De acuerdo a los demandantes, el Pontífice no tendría inmunidad diplomática ya que si bien el viaje se considera una visita de Estado, el Vaticano no es un Estado independiente reconocido por las Naciones Unidas.

Contrasta esta situación con la decisión de la Suprema Corte de los Estados Unidos hace poco más de un mes, en la que rechaza la invulnerabilidad de los curas responsables por abuso sexual de menores de edad en su territorio. El tratamiento que estos han recibido en los últimos años ha obligado a varios de ellos a buscar asilo en el Vaticano u otros lugares donde la justicia no los alcance.

Más allá de los aspectos relacionados con credos religiosos o doctrinas de fe, el tema de la persecución de miembros de la iglesia responsables por comisión o encubrimiento de estos crímenes debe hacer parte de la discusión pública. Por cientos de años las sociedades occidentales y sus descendientes han dado la pelea por la separación entre iglesia y Estado. No sólo esto implica la existencia de una distancia entre las diferentes religiones y los estados-nación, sino también que el seguir los mandatos de una de estas instituciones no exonera de estar regido por las leyes de la otra. Es decir, así como ante los ojos de la iglesia un gobernante puede ser considerado un pecador y por ende ser condenado al infierno (si esas son sus leyes), de acuerdo a las leyes civiles un jerarca de la iglesia puede ser considerado un criminal, y por ende ser enviado a prisión.

Adicional a lo anterior, otra de las grandes batallas que ha dado la historia es por la igualdad ante la ley. Esta igualdad por la que se ha luchado por siglos es para todos y de ninguna manera puede excluir a un grupo de individuos por el simple hecho de ocupar un alto cargo en una institución religiosa. Insisto, mas allá de creencias y dogmas, los principios de separación de iglesia y Estado y de igualdad ante la ley, obligan a tomar medidas firmes en estos casos de abuso de menores por parte de miembros del clérigo y su encubrimiento por parte del sumo pontífice.

Ahora, haría bien la justicia en dar ejemplo en este caso como un acto de respeto por las víctimas de estas violaciones ya que a ellas, en últimas, no es que les parezca mejor ser violadas por un cura que por cualquier otro humano: el tratamiento debería ser igual al que recibiría cualquier otro violador o quien actúe en su encubrimiento. Igualmente, para los seguidores de la fe católica esta sería una importante señal hacia su institución a fin de que esta no siga siendo un refugio de pedófilos.

Tal cómo lo reconoce Dawkins, quizá el objetivo de capturar al Papa no sea muy factible (aunque claramente hay personas trabajando para que sea así), pero esto no le quita ningún valor a la iniciativa. Esta sienta un precedente frente a futuros abusos por parte de líderes religiosos en tanto les hace saber que su rol como ministros de la iglesia no les garantiza un status fuera del alcance de la justicia civil: tarde o temprano la ciudadanía se movilizará en su contra. Por otro lado, esta posible orden de arresto se traduce en un argumento que ha servido para despertar la conciencia colectiva frente al tema, como se ha manifestado en las presiones de diferentes sectores de la sociedad pidiendo la renuncia del Papa, y como se hará evidente el próximo mes con las múltiples protestas en su contra, que desde ya se organizan y que acompañarán su visita en diferentes ciudades británicas.

Pero quizá lo más importante de este intento de arresto es recordarle a la ciudadanía que la iglesia no es una autoridad en temas morales, y que por consiguiente es necesario alcanzar acuerdos seculares acerca de los principios morales sobre los cuales se regirá la sociedad. Recordemos que la historia está plagada de crímenes cometidos en nombre de los dioses, como las cruzadas, la cacería de brujas, el aniquilamiento de sociedades aborígenes para imponer al "verdadero dios" y la discriminación contra aquellos con una alternativa sexual diferente a la que aceptan estos dioses, entre muchos otros. En este escenario, las denigrantes violaciones de menores y el comportamiento de los altos jerarcas en este tema, pueden convertirse en la gota que derrame esta copa llena de horrores. Muy seguramente todas estas poblaciones atacadas física y mentalmente con argumentos religiosos encontrarán una mejor sociedad en un escenario donde la idea de la separación entre iglesias y Estado sea tenida en cuenta completamente. Entonces podremos hablar de justicia para todos.

The Intellectuals Against the Pope,... And Justice For All

Next September, in the midst of a series of scandals that has surrounded the Catholic church over the last months, Benedict XVI will visit the UK in what has become an event full of clashes between Catholics and their opponents.

Some of the events that have generated controversy are the announcement of the entry fee to those attending the events officiated by the Pope and the reluctance of thousands of citizens to pay with their taxes the cost that the visit will mean to the British state, all this in the middle of the well-known scandals of pedophilia by clergy members. However, one of the events that has attracted most of the attention is the attempt of prestigious British intellectuals to generate an arrest warrant against the pontiff, in order to capture him once he steps on English soil.

Richard Dawkins
The initiative is led by Christopher Hitchens, journalist and writer, author of the bestseller "God is not Great" and Richard Dawkins, evolutionary biologist, author of "The Selfish Gene", "The Blind Watchmaker" and "The God Delusion", among others. Last April, Hitchens and Dawkins began to consider the possibility of arresting the hierarch of the Catholic Church alleging crimes against humanity due to his concealment of repeated cases of child abuse by church ministers in the early eighties. During those years, today's Pope then known as the archbishop of Munich, was working as the leader of the Congregation for the Doctrine of the Faith -responsible, among others, for dealing with the cases of child abuse. Once again in 2001, being then known as Cardinal Ratzinger, he orders to cover up the cases of child abuse, arguing that it is essential to put the interests of the church over children safety. In an edict with his signature, the religious leader orders that in such cases, rather than taking the complaint to the respective authorities, the victims must be convinced to keep quiet about it.

Christopher Hitchens
According to this policy and before the scandals against Father Lawrence Murphy, who is accused of raping about 200 deaf children, Ratzinger ordered his transfer to another parish instead of allowing his immediate surrender to authorities. It has been revealed that this practice is part of the procedures ordered directly by the Vatican to deal with this type of crime (crimen sollicitationis) and has been carried out in countries as distant as Brazil, Ireland and the United States, as well as throughout the rest of the Catholic This means that the appointment of priests into new parishes occurs with the Archbishops knowledge about their past abuses of minors and, in many cases, facilitates the commission of further abuses in the parishes to where they were moved.

The legal procedures that would be conducted in the attempt to put the Pope behind bars would be similar to the one that led to the arrest of Augusto Pinochet as a result of the human rights violations that occurred during the Chilean dictatorship between 1973 and 1989. When Pinochet visited Britain in 1998 he was captured by the British authorities in response to an extradition request by the Spanish judge Baltasar Garzon on charges of crimes against humanity. However, as expected in the case of Benedict XVI, the Catholic community in various parts of the world has responded negatively to this initiative and has joined forces to block the progress of the arrest warrant against him. In fact, last week the British government in the voice of the new attorney general, Ken Clarke, spoke out against the move saying that it would not allow to arrest the Pope, which would require amending the law that in the past allowed Chilean dictator's capture.

Benedict XVI

This official position has also generated a strong response from the victims of the crimes committed by the church and many other organizations, in what they called "the protection of abusers by the British government". After this,  the legal battle to generate an arrest warrant against the Pope continues and the issue of the "exceptionability" of Catholic leaders is debated in several media (See article or video). Geoffrey Robertson, a prominent lawyer in human rights issues and United Nations legal expert, who is in charge of the case, relies on the possibility of launching a civil action against the Pope or, failing that, taking the case to the International Criminal Court. According to the plaintiffs, the Pope would not have diplomatic immunity and although the trip is considered a state visit, the Vatican is not an independent state recognized by the United Nations.
This situation contrasts with the decision of the Supreme Court of the United States just over a month ago, in its rejecting the invulnerability of the priests responsible for sexual abuse of minors in its territory. The treatment they have received in recent years has forced several of them to seek asylum in the Vatican or other places where justice can not reach them.

Beyond issues related to religious beliefs or doctrines of faith, the topic of the persecution of members of the church responsible for commission or concealment of these crimes must be part of the public discussion. For hundreds of years Western societies and their descendants have given the fight for the separation of church and state. Not only does this imply the existence of a gap between different religions and nation states, but also that following the mandates of one  of these institutions does not exempt from being governed by the laws of the other. In other words, as well as in the eyes of the church a state leader can be considered a sinner and therefore be condemned to hell (if those are their laws), according to the civil law a leader of the church can be considered a criminal, and thus be sent to prison.

Additionally, other major battles that history has given are those for equality before the law. This equality must be for all and in no way it excludes a group of individuals for the sheer fact of being in a high post in a religious institution. Again, beyond beliefs and dogmas, the principles of separation of church and state and equality before the law, force us to take firm actions in these cases of abuse of minors by members of the clergy and the cover-up by the Pope.

Now, it would be a good example of justice to act here as a sign of respect for the victims of these violations since to them, ultimately, it is not that they feel better by being abused by a priest than by any other human: therefore the treatment should be exactly the same to the one that any other rapist or any other person acting on its cover-up would receive. Similarly, for the followers of the Catholic faith this would be an important sign for their institution to ensure that this does not remain being a haven for pedophiles.

As it is acknowledged by Dawkins, perhaps the goal of capturing the Pope is unfeasible (although there are clearly some people working to make it happen), but this does not take away any value to the initiative. On the contrary, it sets a precedent against future abuses by religious leaders while letting them know that their roles as ministers of the church do not grant them a status beyond the reach of civil justice: sooner or later the public will be mobilized against them. On the other hand, this warrant has been translated in an argument that has served to awaken the collective consciousness towards the problem, as it has been expressed in the pressures from different sectors of the society demanding the resignation of the Pope, and as will be evident next month with the many protests against him. These are already being organized and will accompany his visit in different British cities.

But perhaps the most important aspect of this attempt to arrest the Pope is the reminding of the public that the church is not an authority on moral issues and, therefore, it is necessary to reach secular agreements on the moral principles that will rule society. Let us remember that history is full of crimes committed in the name of the gods like the Crusades, witch-hunting, the destruction of Aboriginal societies to impose the "true god" and discrimination against those with different sexual alternative to those accepted by these gods, among many others. In this scenario, the repeated cases of child abuse and the covering behavior of high hierarchs in this matter may become the straw that breaks the camel's back. Most likely all these people  physically and psychologically attacked on religious grounds will find a better society in a scenario where the idea of separation between church and state is truly taken into account. Then we can speak of justice for all.

Friday, August 6, 2010

Economic Inequality and Political Will: Lula's Brazil

For those of us who have lived the greatest part of our lives in one of the most unequal countries on earth, there are certain conditions which we consider "normal", but that in other societies would be a cause for scandal. For example, it becomes normal the lack of opportunities for large segments of the population and its contrast with the growing wealth of a minority; it becomes normal for many not to aspire to something very different from what is offered by the closest social group where one was born; it also becomes normal to live with economic injustices and the knowledge that, most likely, none of this will change in the near future. But perhaps most unfortunate from this scenario is the appearance of justifications -considered for some "reasonable"- for this state of affairs.

The growing gap between the rich and the poor, mainly affecting some African and Latin American societies, seems to be associated with a natural disaster, something that is completely out of the scope of their leaders and other citizens, and something that, no matter how sad it is, we have to learn to live with. Inequality indices become just another statistic next to economic growth, inflation or the exchange rate, to name a few. However, unlike these indicators, which governments can influence but mainly respond to a multitude of variables beyond their control, the levels of inequality can be modified by means of a clear social policy aiming at it. The main ingredient to correct economic inequality in a society is the political will to do so, as it is shown by the Brazilian case during the government of Lula, which is coming to an end.

Luiz Inacio Lula da Silva, who in the early eighties served as a trade-union leader, represented the leftist Workers Party in the elections for the presidency of Brazil in 2002. His discourse revolved around issues such as changing the economic model, the State's responsibility for income distribution, and the definition of a clear social policy. Along with his rise in popularity to the highest office, the financial markets went into panic at what they saw as a threat to economic stability and its possible impact on the region. However, the uncertainty about a possible government of Lula was dissipated when he reached the presidency and continued with the stabilization plan launched under the government of Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), which had brought important outcomes in terms of inflation, external debt and debt service, but had been much less successful in terms of economic growth and the reduction of unemployment.

While continuing the macroeconomic adjustment, Lula began his flagship programs in social areas, including the well-received Bolsa Familia, which provides extremely poor families with cash transfers from the State conditioned on keeping their children in school and taking them to health-care centers. The achievements of this program have been remarkable to the extent that today more than 12 million of the poorest Brazilian families are part of the program, and similar versions of it have been recently implemented in other developing countries like Mexico, Jamaica, Nicaragua and Colombia, and in some parts of the United States.

However, Lula's social policy is not limited to Bolsa Familia. According to some studies,  this program explains only one sixth of the significant reduction in economic inequality during this period (the Gini coefficient, which measures economic inequality has been reduced during these years by about 7%, but it is still quite high according to the international standards). A clear educational policy has also led to an increase by more than two years in the average time of education of Brazilian workers. The set of programs aimed at correcting the historical social inequality in the country has resulted in a 20 million reduction in the number of people in poverty over the past eight years. It has also been observed an increase in the income of poorer families much faster than that of the richest ones,  all this accompanied by the creation of nearly 13 million formal jobs. No doubt a great political asset for the officialist candidate to the presidency and leader in the polls, Dilma Rousseff.


This situation displays a stark contrast with that of neighboring Colombia where the government ending this week has been considered a success story while the country remains with alarmingly high rates of unemployment, poverty and indigence, and it now occupies the first place in the indices of inequality in Latin America -a region notorious for its poor performance in this area. Unlike the Brazilian case, the State subsidies program is not part of a comprehensive social policy but, on the contrary, it has been used as a tool for political manipulation of the beneficiary families, as it was evidenced in the recent contest for the presidency.

In addition to this, welfarism, which embodies the Colombian social policy, has its limits. Proofs of this are the difficulties that Bolsa Familia has shown in Brazil. For example it has shown the existing asymmetries of these conditional cash transfers programs, in terms of their effect on rural households vis-a-vis those in urban areas; it has also evidenced the change in the household structure according to whom receives the benefits of the program; and, finally, it has made clear the difficulties that this program has is reducing child labor in urban areas. Thus, although these initiatives are able to calm some of the people's needs, they are not by themselves the solution to the great inequalities of these societies and, therefore, they must be accompanied by policies of income and land redistribution, together with educational programs and plans that allow the public to have access to credit.

It's been time already that countries -the citizens and the governments- with extreme levels of economic and social inequality take firm decisions in this field, which is always possible of being improved, as Lula's Brazil exemplifies. Inequality not only denies opportunities to the underprivileged but it also has serious consequences in terms of the social fabric, work ethics, delinquency, organized crime and political stability, among many other economic, political and social variables.

We have been told to believe that inequality is not a major issue, that it only affects a few poor people, and that charity, either from the citizens or from the State, will resolve the issue in the short term. Nothing is more false than this. Inequality affects the rich and the poor; it preserves unfair conditions over time and it generates dramatic social tensions. As William Ospina said in his influential book And Where's the Yellow Strip?: "fortified walls, with electronic keys and private armies of guards and hounds nearly authorize [the rich] to say that this is a safe country [and] wonder why wealthy people from other countries do not have to settle in small residential and commercial ghettos but can walk through their cities and their fields to fully enjoy the world. They have been resigned to living behind the walls and do not ignore that something is rotten in the world that they have so jealously defended."

Desigualdad Económica y Voluntad Política: el Brasil de Lula

Para aquellos que hemos vivido la mayor parte de nuestras vidas en uno de los países más desiguales del planeta, hay ciertas condiciones que entendemos como "normales", pero que en otras sociedades serían motivo de escándalo. Por ejemplo, se vuelve normal la falta de oportunidades para amplios sectores de la población y su contraste con la creciente riqueza de unas minorías; se vuelve normal para muchos no aspirar a algo muy diferente de aquello que ofrece el más cercano grupo social donde se nació; también se vuelve normal la convivencia con repetidas injusticias económicas y el saber que, muy probablemente, nada de eso cambiará en un futuro cercano. Sin embargo, tal vez lo más lamentable de este panorama es que se encuentren justificaciones -para algunos razonables- respecto a este estado de cosas.

La creciente brecha entre ricos y pobres que golpea principalmente a algunas sociedades africanas y latinoamericanas pareciera estar asociada a una catástrofe natural: algo que está completamente por fuera del alcance de sus gobernantes y demás ciudadanos, y algo con lo que, por triste que sea, nos toca aprender a vivir. Los índices de desigualdad entran a ser una estadística más al lado del crecimiento económico, la inflación o la tasa de cambio, por sólo mencionar unos pocos. No obstante, a diferencia de estos indicadores en los que los gobiernos pueden influir pero principalmente responden a una multiplicidad de variables fuera de su control, los niveles de desigualdad de las sociedades pueden ser modificados a partir de una clara política social con este propósito. El principal ingrediente para corregir la desigualdad económica de una sociedad es la voluntad política para hacerlo, como bien muestra el caso  brasilero durante el gobierno de Lula, próximo a terminar.

Luiz Inácio Lula da Silva, quién a principios de los ochenta se había desempeñado como sindicalista, representaba al izquierdista Partido de los Trabajadores en las elecciones por la presidencia del Brasil en 2002. Su discurso giraba en torno a temas como el cambio del modelo económico, la responsabilidad del Estado frente a la distribución del ingreso y la definición de una clara política social. A la par del ascenso en su popularidad para llegar a la primera magistratura, los mercados financieros entraban en pánico ante lo que veían como una amenaza a la estabilidad económica del país y sus posibles consecuencias en la región. Sin embargo, la incertidumbre que generaba un eventual gobierno de Lula fue disipada una vez este alcanza la presidencia y da continuidad al plan de estabilización iniciado bajo el gobierno de Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), el cual había ofrecido importantes resultados en materia de inflación, deuda externa y servicio de la deuda, pero había sido mucho menos exitoso en términos de crecimiento económico y reducción del desempleo.

Al tiempo que continuaba el ajuste macroeconómico, Lula inicia sus programas bandera en las áreas sociales, en particular el bien recibido Bolsa Familia, según el cual familias en extrema pobreza reciben transferencias de dinero del Estado a cambio de mantener a sus hijos en la escuela y llevarlos a centros de atención médica. Los logros de este programa han sido destacables, hasta el punto que en la actualidad más de 12 millones de las familias brasileras más pobres hacen parte del programa, y versiones similares han sido implementadas en los últimos años en otros países subdesarrollados como México, Jamaica, Nicaragua y Colombia, al igual que en algunos sectores de los Estados Unidos.

Sin embargo, la política social del gobierno de Lula no se limita a Bolsa Familia. De acuerdo a algunos estudios, este programa sólo explica un sexto de la importante reducción en la desigualdad económica durante este período (el coeficiente de Gini, que mide la desigualdad económica, se ha reducido durante estos años en cerca de 7%, aunque todavía es bastante alto de acuerdo a los estándares internacionales). Una clara política educativa también ha permitido aumentar en más de dos años el promedio de tiempo de educación de los trabajadores brasileros. El conjunto de programas dirigidos a corregir la histórica inequidad social del país se ha traducido en una reducción de 20 millones en el número de personas en estado de pobreza durante los últimos ocho años. También se ha observado un crecimiento en el ingreso de las familias más pobres mucho más acelerado que el de las familias más ricas, todo esto acompañado de la creación de cerca de 13 millones de empleos formales. Sin duda un gran capital electoral para la candidata oficialista y líder en las encuestas, Dilma Rousseff.


Contrasta este panorama con el de la vecina Colombia donde el gobierno que termina por estos días se considera un éxito mientras el país mantiene tasas alarmantes de desempleo, pobreza e indigencia, al tiempo que pasa al primer lugar en los índices de desigualdad en latinoamérica -una región mundialmente destacada por su pobre desempeño en esta área. A diferencia del caso brasilero, el programa de subsidios del Estado no hace parte de una política social integral sino que, por el contrario, ha sido utilizado como una herramienta de manipulación política de las familias beneficiadas, como se hizo evidente en la reciente contienda por la presidencia.

Adicional a esto, el asistencialismo -que encarna la política social colombiana- tiene sus límites. Prueba de ello son las dificultades que Bolsa Familia ha mostrado en Brasil. Por ejemplo se evidencia la asimetría de estos programas de transferencias condicionales de dinero en términos de su efecto en hogares rurales (donde son mucho más eficientes), frente a aquel en hogares urbanos; igualmente se encuentra un cambio en la estructura del hogar de acuerdo a quien recibe los beneficios del programa; y, finalmente, se evidencian las dificultades que este encuentra para reducir el trabajo infantil en zonas urbanas. Así, aunque estas iniciativas logran calmar algunas necesidades de la población, en sí solas no son la solución a las grandes inequidades de estas sociedades y deben ser acompañadas de políticas de redistribución de ingresos y tierras, así como de planes educativos y posibilidades de acceso a crédito para la población.

Hace tiempo es hora de que los países -ciudadanía y gobierno- con extremos niveles de desigualdad económica y social tomemos decisiones firmes en este campo que es siempre susceptible de ser mejorado, como muestra el ejemplo de Brasil con Lula. La desigualdad no solo le niega oportunidades a los más desfavorecidos sino que tiene serias implicaciones en términos del tejido social, ética del trabajo, delincuencia común, crimen organizado y estabilidad política, entre un sinnúmero de variables económicas, políticas y sociales.

Se nos ha hecho creer que la desigualdad no es un problema trascendental; más aún, que solo afecta a unos cuantos pobres y que con caridad, ya sea de los ciudadanos o del Estado, será resuelto en un corto plazo. Nada más falso que esto. La desigualdad afecta a ricos y pobres; preserva condiciones injustas a lo largo del tiempo, y genera inmensas tensiones sociales. Como dice William Ospina en su influyente libro ¿Y Dónde está la Franja Amarilla?: "[M]uros fortificados y puertas con claves electrónicas y ejércitos privados de guardianes y de mastines casi los autorizan [a los ricos] a decir que este es un país seguro [y no] se preguntan por qué las gentes acomodadas de otros países no tienen que conformarse con pequeños guetos residenciales y comerciales sino que pueden andar por sus ciudades y por sus campos disfrutando plenamente del mundo. Se han resignado a vivir tras los muros y no ignoran que algo está podrido en el mundo que tan celosamente defienden."