Wednesday, June 30, 2010

Some Reasons Behind the Landslide in the Recent Colombian Election

In thinking about the reasons behind the large margin by which Colombian former Minister of Defense, Juan Manuel Santos, won the latest presidential election, one can point out to at least two major sets of explanations: junctural and historical. In the first set appear easily identifiable aspects like the popularity Santos inherited from current President Álvaro Uribe thanks to important blows to the FARC, the widely announced achievements in terms of increased security and reduced violence, and the recovery of the economy. Another important explanation in this realm lies on the evidenced weakness of his competitor, former major of Bogota , Antanas Mockus, whose repeated mistakes and inconsistencies during the electoral campaign posed many question marks in the electorate about the efficiency and leadership with which he would run the country in case he were elected. Mr. Mockus had a hard time making people understand the nature of his discourse and whether he represented a real alternative to the current regime or if, on the contrary, he was just a lighter version of "uribismo".

This last point is precisely the border line between junctural reasons and those with a more historical character. Perhaps most of the difficulties Mr. Mockus faced were due to the nature of the colombian electorate: according to recent studies (see here) Colombia is a highly conservative country where, thanks to a long tradition of guerrillas and other criminal organizations, the electoral possibilities for alternatives that include components considered as "leftist" are very limited. In spite of some important achievements of the left in the Congress as in regional offices, leftist parties are typically associated with guerrillas and other outlaws. This makes things very difficult not only for leftist parties themselves but also for others wanting to include social issues in their discourse. Perhaps the most relevant example of this phenomenon in the current context was the reluctance of some members of the Green Party (the one that Mr. Mockus represented in the recent elections) to ally with the leftist Polo Democrático for the run-off. This, of course, left the Green Party with very limited options given the landslide by which it had lost the first round.

The evident consequence of this situation is that any candidate aiming at winning the favor of the electorate must have a discourse representing the conservatism which is ubiquitous in the country, and Mr. Santos did a great job in doing that. The major failure of the polls before the first round according to which Mockus was tied with Santos in terms of vote intention, seriously affected candidates like Gustavo Petro from the left, who would have posed a major contrast to the continuist discourse of Mr. Santos; the establishment was also successful at avoiding what would have been a clear debate between these two candidates.

The outcome, thus, is not very surprising in spite of the scandals of Mr. Uribe's government in terms of persecution to the opposition and the judiciary branch, the well known alliances between politicians and paramilitaries, and the systematic assassination of young men from poor neighborhoods in order to be presented as guerrilla members killed in-fighting. The Colombian electorate responded according to its typical conservatism and voted-in the representative of the establishment while refraining for opting for what many considered a too-risky alternative. It is clear that in the mindset of the population the achievements in security and economic growth were more important that the repeated violations of human rights for which Uribe's government is being held responsible.

Sunday, June 27, 2010

Medvedev, Drogas y Política Social

Este domingo en su cuenta de Twitter, el Presidente ruso Dmitry Medvedev anunció su satisfacción frente a las reuniones del G8 y el G20 llevadas a cabo durante el fin de semana. Entre los temas tratados, explica, se encuentran el tráfico de drogas, el medio ambiente, temas de seguridad nuclear, y finanzas. Respecto al tráfico de drogas, hace específica referencia a dos de los productores más importantes del mundo, Colombia y Afghanistan, y aclara que "debemos luchar contra las drogas globalmente, y no de forma separada. Entonces veremos resultados."

Este tipo de pronunciamientos por parte de altos líderes mundiales ya los hemos escuchado antes. Hace pocos meses, por ejemplo, la secretaria de estado de los Estados Unidos, Hillary Clinton, aceptaba parte de la responsabilidad por los altos niveles de violencia en el norte de México y proponía una lucha conjunta contra las mafias.

La pregunta que queda en el aire es la misma de siempre: ¿en qué consiste esta lucha conjunta contra el tráfico de drogas, o la llamada co-responsabilidad frente a la violencia resultante de las guerras entre estados y los carteles que controlan el negocio?

La respuesta característica ha sido el envío a países productores de recursos monetarios o su equivalente en equipamiento militar, helicópteros, equipos de aspersión de químicos, etc. Como resultado de esto, la típica crítica ha sido la necesidad de controlar no sólo la oferta -de la que los países andinos y de Asia central son los principales responsables- sino también la demanda, donde los países desarrollados juegan un papel primordial. Ambos lados de la ecuación son necesarios para solucionar el problema, como claramente afirman Clinton y Medvedev.

Los gobiernos de los países desarrollados pueden argumentar que controlar la demanda es demasiado complejo ya que esto implica importantes esfuerzos, desde aquellos relacionados con un estado policial que prohíbe y penaliza el consumo de alucinógenos, hasta la interferencia con las libertades básicas de sus ciudadanos que, en últimas, son libres de decidir lo que es mejor para si mismos.

Sin embargo, un par de ejemplos muestran que gobiernos decididos a erradicar ciertos males sociales son exitosos en conseguirlo. En la década de los 80s el Sida amenazaba como una enfermedad de proporciones catastróficas; las campañas educativas y el tratamiento que se dio a portadores del virus -quizá para algunos un poco desmedido-, consiguió que esta se mantuviera en proporciones razonables en el mundo desarrollado y no alcanzara los niveles que muchos temían. De forma similar, el control al tabaquismo, con importantes campañas contra las grandes multinacionales del negocio y, de forma similar, previniendo a los jóvenes acerca de su consumo, han logrado reducirlo significativamente y han creado importantes normas sociales en su contra.


Si hay claros ejemplos donde la acción decidida de los estados muestra que es posible cambiar patrones de comportamiento de la sociedad sin la necesidad de violar libertades básicas, me queda la duda acerca de por qué después de tantos años y tanto derramamiento de sangre en los países productores de drogas no hemos avanzado en el control del otro lado de la ecuación: la demanda. ¿Será esto un problema intrínseco de las drogas o hay falta de voluntad política para afrontarlo? Si bien es positivo el reconocimiento al principio de co-responsabilidad que multiples gobernantes han refrendado, se hace necesario que este se traduzca en prácticas más allá de un simple financiamiento de una guerra en territorio ajeno.

Saturday, June 19, 2010

Paradiso–Paradoja: El Paraíso Dantesco según Virginia Huneeus y Mario Soro

Paradiso Paradoja from Jorge Schweitzer on Vimeo.