Julian Assange |
La defensa de economías de mercado y democracias liberales ha sido parte fundamental del discurso de las sociedades occidentales durante las últimas décadas. De forma poco sorprendente, tras el fin de la guerra fría Francis Fukuyama declaraba que el triunfo de occidente sellaba el "fin de la historia", con lo cual los grandes conflictos de épocas pasadas empezarían a desaparecer mientras que las libertades políticas y económicas se extenderían a lo largo del planeta. Las bondades de la democracia son contadas de formas innumerables, y no pocas veces se contrastan las libertades que goza Occidente con las marcadas limitaciones que se enfrentan en otras civilizaciones: viene inmediatamente a la cabeza la imagen de una joven mujer californiana al lado de otra mujer en Afganistán donde la última está cubierta por una burqa.
Sin embargo, los tantas veces pregonados principios democráticos -que han llegado a servir como excusa para incursiones militares en sociedades en cualquier lugar del globo-frecuentemente generan situaciones incómodas incluso para aquellos que dicen ser sus principales defensores. En 2006 con el lanzamiento de la página de internet WikiLeaks.org una de estas situaciones empezó a consolidarse y hemos visto estos principios democráticos sujetos a una serie de excepciones. Al igual que en otras ocasiones, vemos también cómo son acomodados frente a la realidad y los protagonistas del momento, matizados para garantizar la preservación del status quo o, en general, re-definidos con una serie de "peros".
WikiLeaks, compañía creada por el programador de computadores Australiano con estudios en física y matemáticas, Julian Assange, se ha dado a la tarea de divulgar documentos que los gobiernos o grandes empresas alrededor del mundo consideran confidenciales y que contienen información que compromete los intereses de varias partes. En muchos casos la información que alcanza la luz pública gracias al trabajo de Assange y sus colaboradores ha sido motivo de escándalo, y ha dado lugar a importantes transformaciones políticas. Un claro ejemplo de esto ocurrió en Kenya con la revelación de documentos que mostraban un caso de corrupción extrema por parte del gobierno y que significó su derrota en el intento de re-elección presidencial. Con este escándalo WikiLeaks se dio a conocer ante el mundo como una organización que busca luchar contra la corrupción y sacar a la luz pública información clasificada.
Otro paso importante en la trayectoria de esta organización se dio el pasado mes de abril con la publicación del famoso video "Asesinato Colateral" en el cual soldados estadounidenses llevan a cabo un ataque contra civiles -algunos de ellos menores de edad- durante la guerra en Iraq en 2004. Como resultado de la operación que aparece en el video, al menos dieciocho personas pierden la vida, incluyendo dos periodistas de la agencia de noticias Reuters. Luego de tres años de intentos por conseguir el video celosamente escondido por el gobierno estadounidense, Reuters fracasa y sólo tiene acceso a este cuando es divulgado por WikiLeaks.
Siguiendo con esta serie de informaciones filtradas a la opinión pública, el pasado 26 de julio WikiLeaks da su golpe más destacado -algunos llegan a considerarlo la labor periodística más importante de la historia- al subir a su página de internet cerca de 77000 documentos confidenciales del gobierno de los Estados Unidos acerca de las operaciones militares llevadas a cabo en Afganistán. Los documentos incluyen información sobre reuniones secretas entre Paquistaníes y miembros del Talibán, así como el encubrimiento de la muerte de civiles víctimas de la confrontación armada. Al mismo tiempo WikiLeaks mantiene su anuncio de publicar 15000 documentos adicionales referentes a la guerra en Afganistán.
El modelo de funcionamiento de WikiLeaks es similar a aquel adoptado por algunos medios informáticos como Mozilla, OpenOffice, Ubuntu o Wikipedia: contribuyentes a lo largo y ancho del planeta aportan su conocimiento e información para el desarrollo de un proyecto común. Si bien, WikiLeaks técnicamente no es un wiki en la estricta definición del término, ya que las publicaciones son clasificadas y verificadas por la organización antes de salir a la luz pública y no son de control directo de los usuarios, la comunidad virtual contribuye a la compilación de los documentos enviando el material que, considera, debe ser divulgado. Por su parte, WikiLeaks se encarga de encriptar este material a fin de que no sea captado por los sistemas de rastreo de los gobiernos o empresas interesadas, así como de distribuirlo en diferentes servidores en varios lugares del mundo. Los documentos se presentan en su forma original, sin procesamiento ni análisis, y por razones de seguridad se omiten las fuentes.
En este respecto, el tema de la seguridad de los informantes ha sido uno de los puntos de crítica más álgidos contra WikiLeaks ya que, de acuerdo al discurso oficial, la integridad física de los informantes puede ser puesta en riesgo por el carácter de la información que se publica. WikiLeaks ha sido calificada por el gobierno de los Estados Unidos como irresponsable, como una amenaza a la seguridad nacional, e incluso ha dicho que podría tener sus manos manchadas de sangre. Consciente del riesgo que involucran sus publicaciones, la organización recientemente le propuso al Pentágono la revisión de los 15000 documentos que están por salir a fin de eliminar los nombres e información de personas que puedan estar en peligro tras su publicación. Ante esto el Pentágono ha mostrado su negativa a lo que llama una versión "minimizada" o "saneada" de una entrega de WikiLeaks. Al mismo tiempo, los ataques personales contra Assange incluyen una reciente demanda con cargos de abuso sexual, los cuales fueron retirados pocas horas después por falta de fundamento: una clara táctica de desprestigio poco profesional y un intento por desviar la atención ante los documentos próximos a salir.
En dirección contraria, la organización recibe premios de prensa en nuevos medios con orígenes tan diversos como el de The Economist en 2008 o el de Amnistía Internacional en 2009. Asimismo, el gobierno de Islandia, que condena la restricción en la información de reportes bancarios ofrecida al público, preparó un paquete de leyes a ser implementadas el próximo año y que convertirían el país en un "Paraíso de la Prensa Libre Global". En términos de la opinión pública, las donaciones que recibe la organización crecen exponencialmente al tiempo que se inician campañas a través de la red para que aquellos que declasifican la información sean considerados como defensores de la democracia y no como criminales, tal y como se ha hecho en los últimos meses.
Precisamente la discusión sobre el carácter democrático de WikiLeaks es uno de los temas que genera más controversia. Mientras para los gobiernos y compañías interesados en ocultar información, el trabajo de Assange representa una seria amenaza a la democracia, grupos de activistas y periodistas independientes, entre muchos otros, consideran este trabajo primordial para el buen funcionamiento de las instituciones en las que esta se basa. La libertad de prensa y de acceso a la información aparecen, en este orden de ideas, como un pilar fundamental de cualquier sociedad que se quiera hacer llamar democrática, y el trabajo de WikiLeaks lo que hace precisamente es sacar a la luz un gran volumen de información, aunque mucha de ella resulte bastante inconveniente.
No es sorpresa, entonces, que aparezcan intentos de acallar estas voces y censurar el material que pueda ser divulgado por WikiLeaks, dado el beneficio que el control de la información le ha significado a múltiples gobiernos y empresas a lo largo de la historia. Así, cuando la información está en manos de quienes pueden manipularla y tergiversarla para favorecer sus objetivos, y de esta forma conseguir que la imagen que recibe la opinión pública coincida con aquella que los favorece, se habla de defender la libertad de prensa y el acceso a la información. Una situación bastante diferente ocurre cuando está información cae en "las manos equivocadas" y es utilizada para revelar los más oscuros secretos de estos gobiernos y compañías, sus prácticas deleznables y el encubrimiento de la verdad ante los ojos de las masas que los eligieron a través de mecanismos democráticos. En tal caso hablar de censura, de secretos de Estado y de restricciones a la información, resulta ser bastante razonable para aquellos que se precian de ser defensores de la democracia.
Ante los escándalos que han salido a la superficie gracias al trabajo de WikiLeaks, la respuesta ha sido condenar al medio por el cual estos se revelan y no los hechos revelados en sí mismos. Es la típica práctica de matar al mensajero que trae malas noticias, y es una clara falta de atención a los verdaderos problemas de fondo. Tal como afirma Assange en referencia a "Asesinato Colateral": "[el video] envía un mensaje de que a alguien dentro del ejército no le gustan las cosas que están pasando". Pero entonces la solución es silenciar las voces inconformes en lugar de revisar las prácticas que llevan a este creciente inconformismo.
El tipo de trabajo realizado por WikiLeaks juega un papel fundamental en el escenario de Web 2.0 que vivimos actualmente. Hasta hace pocos años la ciudadanía estaba lejos de tener acceso a la información ya que esta era principalmente producida y procesada por grandes empresas dueñas de los medios. De forma similar, resultaba difícil para las voces de oposición llegar a muchos lugares, lo cual facilitaba la manipulación de las masas con base en información falsa o interpretaciones convenientes. Con la aparición de las redes sociales, blogs, wikis y páginas para compartir videos, entre otros medios, la ciudadanía se vuelve productora de información masiva, generadora de opiniones a gran escala, y encuentra múltiples espacios donde debatirlas. Sin embargo, es con la aparición de páginas como WikiLeaks que aparece la posibilidad de tener acceso a información de primera mano y será el trabajo de académicos, periodistas, analistas y usuarios independientes el que permita hacer un uso adecuado de esta información.
Mientras aquellos con intensiones de ocultar información se esfuerzan por silenciar a WikiLeaks y considerarlo una amenaza para la democracia, es responsabilidad de las voces en favor de ella luchar por la transparencia en las prácticas de los gobiernos y empresas. No podemos hablar de democracia en sociedades donde los ciudadanos desconocen lo que sus gobiernos hacen con el poder que estos -los ciudadanos- decidieron otorgarles. Y si no nos gusta que la información esté en manos del público, entonces ¿de qué democracia estamos hablando?
Sin embargo, los tantas veces pregonados principios democráticos -que han llegado a servir como excusa para incursiones militares en sociedades en cualquier lugar del globo-frecuentemente generan situaciones incómodas incluso para aquellos que dicen ser sus principales defensores. En 2006 con el lanzamiento de la página de internet WikiLeaks.org una de estas situaciones empezó a consolidarse y hemos visto estos principios democráticos sujetos a una serie de excepciones. Al igual que en otras ocasiones, vemos también cómo son acomodados frente a la realidad y los protagonistas del momento, matizados para garantizar la preservación del status quo o, en general, re-definidos con una serie de "peros".
WikiLeaks, compañía creada por el programador de computadores Australiano con estudios en física y matemáticas, Julian Assange, se ha dado a la tarea de divulgar documentos que los gobiernos o grandes empresas alrededor del mundo consideran confidenciales y que contienen información que compromete los intereses de varias partes. En muchos casos la información que alcanza la luz pública gracias al trabajo de Assange y sus colaboradores ha sido motivo de escándalo, y ha dado lugar a importantes transformaciones políticas. Un claro ejemplo de esto ocurrió en Kenya con la revelación de documentos que mostraban un caso de corrupción extrema por parte del gobierno y que significó su derrota en el intento de re-elección presidencial. Con este escándalo WikiLeaks se dio a conocer ante el mundo como una organización que busca luchar contra la corrupción y sacar a la luz pública información clasificada.
Otro paso importante en la trayectoria de esta organización se dio el pasado mes de abril con la publicación del famoso video "Asesinato Colateral" en el cual soldados estadounidenses llevan a cabo un ataque contra civiles -algunos de ellos menores de edad- durante la guerra en Iraq en 2004. Como resultado de la operación que aparece en el video, al menos dieciocho personas pierden la vida, incluyendo dos periodistas de la agencia de noticias Reuters. Luego de tres años de intentos por conseguir el video celosamente escondido por el gobierno estadounidense, Reuters fracasa y sólo tiene acceso a este cuando es divulgado por WikiLeaks.
"Asesinato Colateral" |
Siguiendo con esta serie de informaciones filtradas a la opinión pública, el pasado 26 de julio WikiLeaks da su golpe más destacado -algunos llegan a considerarlo la labor periodística más importante de la historia- al subir a su página de internet cerca de 77000 documentos confidenciales del gobierno de los Estados Unidos acerca de las operaciones militares llevadas a cabo en Afganistán. Los documentos incluyen información sobre reuniones secretas entre Paquistaníes y miembros del Talibán, así como el encubrimiento de la muerte de civiles víctimas de la confrontación armada. Al mismo tiempo WikiLeaks mantiene su anuncio de publicar 15000 documentos adicionales referentes a la guerra en Afganistán.
El modelo de funcionamiento de WikiLeaks es similar a aquel adoptado por algunos medios informáticos como Mozilla, OpenOffice, Ubuntu o Wikipedia: contribuyentes a lo largo y ancho del planeta aportan su conocimiento e información para el desarrollo de un proyecto común. Si bien, WikiLeaks técnicamente no es un wiki en la estricta definición del término, ya que las publicaciones son clasificadas y verificadas por la organización antes de salir a la luz pública y no son de control directo de los usuarios, la comunidad virtual contribuye a la compilación de los documentos enviando el material que, considera, debe ser divulgado. Por su parte, WikiLeaks se encarga de encriptar este material a fin de que no sea captado por los sistemas de rastreo de los gobiernos o empresas interesadas, así como de distribuirlo en diferentes servidores en varios lugares del mundo. Los documentos se presentan en su forma original, sin procesamiento ni análisis, y por razones de seguridad se omiten las fuentes.
En este respecto, el tema de la seguridad de los informantes ha sido uno de los puntos de crítica más álgidos contra WikiLeaks ya que, de acuerdo al discurso oficial, la integridad física de los informantes puede ser puesta en riesgo por el carácter de la información que se publica. WikiLeaks ha sido calificada por el gobierno de los Estados Unidos como irresponsable, como una amenaza a la seguridad nacional, e incluso ha dicho que podría tener sus manos manchadas de sangre. Consciente del riesgo que involucran sus publicaciones, la organización recientemente le propuso al Pentágono la revisión de los 15000 documentos que están por salir a fin de eliminar los nombres e información de personas que puedan estar en peligro tras su publicación. Ante esto el Pentágono ha mostrado su negativa a lo que llama una versión "minimizada" o "saneada" de una entrega de WikiLeaks. Al mismo tiempo, los ataques personales contra Assange incluyen una reciente demanda con cargos de abuso sexual, los cuales fueron retirados pocas horas después por falta de fundamento: una clara táctica de desprestigio poco profesional y un intento por desviar la atención ante los documentos próximos a salir.
En dirección contraria, la organización recibe premios de prensa en nuevos medios con orígenes tan diversos como el de The Economist en 2008 o el de Amnistía Internacional en 2009. Asimismo, el gobierno de Islandia, que condena la restricción en la información de reportes bancarios ofrecida al público, preparó un paquete de leyes a ser implementadas el próximo año y que convertirían el país en un "Paraíso de la Prensa Libre Global". En términos de la opinión pública, las donaciones que recibe la organización crecen exponencialmente al tiempo que se inician campañas a través de la red para que aquellos que declasifican la información sean considerados como defensores de la democracia y no como criminales, tal y como se ha hecho en los últimos meses.
Precisamente la discusión sobre el carácter democrático de WikiLeaks es uno de los temas que genera más controversia. Mientras para los gobiernos y compañías interesados en ocultar información, el trabajo de Assange representa una seria amenaza a la democracia, grupos de activistas y periodistas independientes, entre muchos otros, consideran este trabajo primordial para el buen funcionamiento de las instituciones en las que esta se basa. La libertad de prensa y de acceso a la información aparecen, en este orden de ideas, como un pilar fundamental de cualquier sociedad que se quiera hacer llamar democrática, y el trabajo de WikiLeaks lo que hace precisamente es sacar a la luz un gran volumen de información, aunque mucha de ella resulte bastante inconveniente.
No es sorpresa, entonces, que aparezcan intentos de acallar estas voces y censurar el material que pueda ser divulgado por WikiLeaks, dado el beneficio que el control de la información le ha significado a múltiples gobiernos y empresas a lo largo de la historia. Así, cuando la información está en manos de quienes pueden manipularla y tergiversarla para favorecer sus objetivos, y de esta forma conseguir que la imagen que recibe la opinión pública coincida con aquella que los favorece, se habla de defender la libertad de prensa y el acceso a la información. Una situación bastante diferente ocurre cuando está información cae en "las manos equivocadas" y es utilizada para revelar los más oscuros secretos de estos gobiernos y compañías, sus prácticas deleznables y el encubrimiento de la verdad ante los ojos de las masas que los eligieron a través de mecanismos democráticos. En tal caso hablar de censura, de secretos de Estado y de restricciones a la información, resulta ser bastante razonable para aquellos que se precian de ser defensores de la democracia.
Ante los escándalos que han salido a la superficie gracias al trabajo de WikiLeaks, la respuesta ha sido condenar al medio por el cual estos se revelan y no los hechos revelados en sí mismos. Es la típica práctica de matar al mensajero que trae malas noticias, y es una clara falta de atención a los verdaderos problemas de fondo. Tal como afirma Assange en referencia a "Asesinato Colateral": "[el video] envía un mensaje de que a alguien dentro del ejército no le gustan las cosas que están pasando". Pero entonces la solución es silenciar las voces inconformes en lugar de revisar las prácticas que llevan a este creciente inconformismo.
El tipo de trabajo realizado por WikiLeaks juega un papel fundamental en el escenario de Web 2.0 que vivimos actualmente. Hasta hace pocos años la ciudadanía estaba lejos de tener acceso a la información ya que esta era principalmente producida y procesada por grandes empresas dueñas de los medios. De forma similar, resultaba difícil para las voces de oposición llegar a muchos lugares, lo cual facilitaba la manipulación de las masas con base en información falsa o interpretaciones convenientes. Con la aparición de las redes sociales, blogs, wikis y páginas para compartir videos, entre otros medios, la ciudadanía se vuelve productora de información masiva, generadora de opiniones a gran escala, y encuentra múltiples espacios donde debatirlas. Sin embargo, es con la aparición de páginas como WikiLeaks que aparece la posibilidad de tener acceso a información de primera mano y será el trabajo de académicos, periodistas, analistas y usuarios independientes el que permita hacer un uso adecuado de esta información.
Mientras aquellos con intensiones de ocultar información se esfuerzan por silenciar a WikiLeaks y considerarlo una amenaza para la democracia, es responsabilidad de las voces en favor de ella luchar por la transparencia en las prácticas de los gobiernos y empresas. No podemos hablar de democracia en sociedades donde los ciudadanos desconocen lo que sus gobiernos hacen con el poder que estos -los ciudadanos- decidieron otorgarles. Y si no nos gusta que la información esté en manos del público, entonces ¿de qué democracia estamos hablando?
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