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Thursday, April 21, 2011

‘Contravía’ y la Democracia que Queremos

Después de vivir cerca de dos años en los Estados Unidos, tuve la oportunidad de presenciar la intensa campaña electoral que finalmente llevó a la presidencia a Barack Obama. Entre todos los aspectos llamativos de esta campaña, uno que en particular captó mi atención fue la permanente invitación a reuniones y fiestas en las que a los asistentes se nos pedía una pequeña contribución monetaria para financiar la candidatura de Obama.

En principio esto me pareció un poco extraño ya que, viniendo de Colombia, estaba acostumbrado a que quienes financian las campañas políticas son los grandes empresarios, industriales y, sobra decirlo, diversas fuentes de dudosa reputación. Pedirle plata a un estudiante como yo o mis amigos, así fueran sólo unos pocos dólares, me parecía muy raro.

Sin embargo, noté que quienes organizaban las reuniones a las que era invitado no eran personas que esperaban un puesto en caso de que Obama ganara la presidencia, ni miembros del partido demócrata, ni tampoco amigos o familiares de políticos locales. Eran ciudadanos comunes y corrientes -estudiantes, profesores, empleados- que realmente se motivaron con la esperanza de ver a Barack Obama en la Casa Blanca y que entendieron que la suma de múltiples esfuerzos individuales sería la clave para lograr los recursos necesarios para sobrevivir financieramente la costosa contienda electoral. Recordé entonces que había visto esquemas de funcionamiento similares en radio, televisión y algunos medios impresos: ciudadanos comunes y corrientes haciendo contribuciones voluntarias para poder tener acceso al tipo de información que quieren ver y no únicamente a aquella por la que pagan las grandes corporaciones.

Esta semana el programa de televisión Contravía decidió jugársela por este esquema y, con tal apuesta, abre una ventana de oportunidades inmensa para la democracia en Colombia y en América Latina. Se abre la posibilidad de tener un medio financiado por los ciudadanos en un país donde prácticamente la totalidad de la radio y televisión y, por ende, sus contenidos, son controlados por dos grandes emporios económicos. Se abren nuevas alternativas en un escenario con sólo dos periódicos de circulación nacional y donde los medios masivos, por miedo, conveniencia o incompetencia, han sido muy inferiores a los retos que ofrece la realidad del país.

Sin duda alguna, la democracia se ve fortalecida con más y mejores medios, más aún si estos son de carácter independiente; en sus nueve años Contravía ha mostrado la calidad y seriedad de su trabajo, así como su compromiso con la democracia. Más allá del fortalecimiento de nuestras instituciones políticas, con opciones como ésta la ciudadanía muestra que está en capacidad de competir con los grandes negocios, que no está dispuesta a ser un simple agente pasivo de los intereses económicos y que está en capacidad de elegir el tipo de contenidos que quiere ver. Es la única forma de exigir que las verdades que muchas veces se busca ocultar salgan a la luz pública, y contar con un medio de televisión para hacerlo.

La apuesta de Hollman Morris y su equipo hoy abre la oportunidad histórica de tener un programa independiente financiado por la ciudadanía; el éxito de esta apuesta nos permitirá pensar mañana en un canal de televisión o estaciones de radio financiadas completamente por sus seguidores; no muy lejos de allí estaremos hablando del financiamiento de campañas políticas por parte de la ciudadanía; estamos hablando de empoderar a la población para que sea ésta quien decida por quién quiere ser gobernada y no que simplemente elija entre las pocas opciones que se le ofrecen. Que este tipo de prácticas aún estén poco desarrolladas en América Latina, no es razón para no empezar a llevarlas a cabo.

La democracia funciona mejor cuando la construyen los mismos ciudadanos. Una democracia es débil cuando es impuesta desde arriba y es el resultado de intereses políticos y económicos con los que los ciudadanos comunes y corrientes -nosotros- no estamos realmente identificados. Participar en esta propuesta es nuestra oportunidad de contribuir a la democracia más allá del depósito del voto que nos piden cada dos años; es la verdadera oportunidad de elegir lo que queremos ver; es un primer paso hacia la democracia que soñamos. Démonos la oportunidad de soñar.

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Más información aquí.

Friday, January 7, 2011

Pareciera que el tiempo no pasa,...

Hace más de cinco años un grupo de amigos de la Universidad Externado de Colombia creamos la Revista Divergencia: Un Lugar para la Opinión. En el Editorial del segundo número de la revista escribimos acerca de la libertad de expresión en Colombia, libertad de prensa y el permanente hostigamiento del que algunos periodistas independientes eran entonces víctimas durante el gobierno del señor Alvaro Uribe Vélez.

Es lamentable que luego de las revelaciones que poco a poco salen a la luz pública acerca de la campaña de desprestigio en contra de algunos periodistas, orquestadas desde el más alto gobierno, el hostigamiento en muchos casos continúe. De esto hemos visto mucho en días recientes en medios como la radio o las redes sociales. Sea esta la ocasión para recordar lo que dijimos en ese entonces y hacer un llamado porque toda la verdad salga a flote y se haga justicia en todos estos casos. 

Aquí va el enlace a ese editorial:
Revista Divergencia No. 2, Editorial

Thursday, August 26, 2010

Otro Lado Incómodo de la Democracia: WikiLeaks

Julian Assange
La defensa de economías de mercado y democracias liberales ha sido parte fundamental del discurso de las sociedades occidentales durante las últimas décadas. De forma poco sorprendente, tras el fin de la guerra fría Francis Fukuyama declaraba que el triunfo de occidente sellaba el "fin de la historia", con lo cual los grandes conflictos de épocas pasadas empezarían a desaparecer mientras que las libertades políticas y económicas se extenderían a lo largo del planeta. Las bondades de la democracia son contadas de formas innumerables, y no pocas veces se contrastan las libertades que goza Occidente con las marcadas limitaciones que se enfrentan en otras civilizaciones: viene inmediatamente a la cabeza la imagen de una joven mujer californiana al lado de otra mujer en Afganistán donde la última está cubierta por una burqa.

Sin embargo, los tantas veces pregonados principios democráticos -que han llegado a servir como excusa para incursiones militares en sociedades en cualquier lugar del globo-frecuentemente generan situaciones incómodas incluso para aquellos que dicen ser sus principales defensores. En 2006 con el lanzamiento de la página de internet WikiLeaks.org una de estas situaciones empezó a consolidarse y hemos visto estos principios democráticos sujetos a una serie de excepciones. Al igual que en otras ocasiones, vemos también cómo son acomodados frente a la realidad y los protagonistas del momento, matizados para garantizar la preservación del status quo o, en general, re-definidos con una serie de "peros".

WikiLeaks, compañía creada por el programador de computadores Australiano con estudios en física y matemáticas, Julian Assange,  se ha dado a la tarea de divulgar documentos que los gobiernos o grandes empresas alrededor del mundo consideran confidenciales y que contienen información que compromete los intereses de varias partes. En muchos casos la información que alcanza la luz pública gracias al trabajo de Assange y sus colaboradores ha sido motivo de escándalo, y ha dado lugar a importantes transformaciones políticas. Un claro ejemplo de esto ocurrió en Kenya con la revelación de documentos que mostraban un caso de corrupción extrema por parte del gobierno y que significó su derrota en el intento de re-elección presidencial. Con este escándalo WikiLeaks se dio a conocer ante el mundo como una organización que busca luchar contra la corrupción y sacar a la luz pública información clasificada.

Otro paso importante en la trayectoria de esta organización se dio el pasado mes de abril con la publicación del famoso video "Asesinato Colateral" en el cual soldados estadounidenses llevan a cabo un ataque contra civiles -algunos de ellos menores de edad- durante la guerra en Iraq en 2004. Como resultado de la operación que aparece en el video, al menos dieciocho personas pierden la vida, incluyendo dos periodistas de la agencia de noticias Reuters. Luego de tres años de intentos por conseguir el video celosamente escondido por el gobierno estadounidense, Reuters fracasa y sólo tiene acceso a este cuando es divulgado por WikiLeaks.

"Asesinato Colateral"

Siguiendo con esta serie de informaciones filtradas a la opinión pública, el pasado 26 de julio WikiLeaks da su golpe más destacado -algunos llegan a considerarlo la labor periodística más importante de la historia- al subir a su página de internet cerca de 77000 documentos confidenciales del gobierno de los Estados Unidos acerca de las operaciones militares llevadas a cabo en Afganistán. Los documentos incluyen información sobre reuniones secretas entre Paquistaníes y miembros del Talibán, así como el encubrimiento de la muerte de civiles  víctimas de la confrontación armada. Al mismo tiempo WikiLeaks mantiene su anuncio de publicar 15000 documentos adicionales referentes a la guerra en Afganistán.

El modelo de funcionamiento de WikiLeaks es similar a aquel adoptado por algunos medios informáticos como Mozilla, OpenOffice, Ubuntu o Wikipedia: contribuyentes a lo largo y ancho del planeta aportan su conocimiento e información para el desarrollo de un proyecto común. Si bien, WikiLeaks técnicamente no es un wiki en la estricta definición del término, ya que las publicaciones son clasificadas y verificadas por la organización antes de salir a la luz pública y no son de control directo de los usuarios, la comunidad virtual contribuye a la compilación de los documentos enviando el material que, considera, debe ser divulgado. Por su parte, WikiLeaks se encarga de encriptar este material a fin de que no sea captado por los sistemas de rastreo de los gobiernos o empresas interesadas, así como de distribuirlo en diferentes servidores en varios lugares del mundo. Los documentos se presentan en su forma original, sin procesamiento ni análisis, y por razones de seguridad se omiten las fuentes.

En este respecto, el tema de la seguridad de los informantes ha sido uno de los puntos de crítica más álgidos contra WikiLeaks ya que, de acuerdo al discurso oficial, la integridad física de los informantes puede ser puesta en riesgo por el carácter de la información que se publica. WikiLeaks ha sido calificada por el gobierno de los Estados Unidos como irresponsable, como una amenaza a la seguridad nacional, e incluso ha dicho que podría tener sus manos manchadas de sangre. Consciente del riesgo que involucran sus publicaciones, la organización recientemente le propuso al Pentágono la revisión de los 15000 documentos que están por salir a fin de eliminar los nombres e información de personas que puedan estar en peligro tras su publicación. Ante esto el Pentágono ha mostrado su negativa a lo que llama una versión "minimizada" o "saneada" de una entrega de WikiLeaks. Al mismo tiempo, los ataques personales contra Assange incluyen una reciente demanda con cargos de abuso sexual, los cuales fueron retirados pocas horas después por falta de fundamento: una clara táctica de desprestigio poco profesional y un intento por desviar la atención ante los documentos próximos a salir.

En dirección contraria, la organización recibe premios de prensa en nuevos medios con orígenes tan diversos como el de The Economist en 2008 o el de Amnistía Internacional en 2009. Asimismo, el gobierno de Islandia, que condena la restricción en la información de reportes bancarios ofrecida al público, preparó un paquete de leyes a ser implementadas el próximo año y que convertirían el país en un "Paraíso de la Prensa Libre Global". En términos de la opinión pública, las donaciones que recibe la organización crecen exponencialmente al tiempo que se inician campañas a través de la red para que aquellos que declasifican la información sean considerados como defensores de la democracia y no como criminales, tal y como se ha hecho en los últimos meses.

Precisamente la discusión sobre el carácter democrático de WikiLeaks es uno de los temas que genera más controversia. Mientras para los gobiernos y compañías interesados en ocultar información, el trabajo de Assange representa una seria amenaza a la democracia, grupos de activistas y periodistas independientes, entre muchos otros, consideran este trabajo primordial para el buen funcionamiento de las instituciones en las que esta se basa. La libertad de prensa y de acceso a la información aparecen, en este orden de ideas, como un pilar fundamental de cualquier sociedad que se quiera hacer llamar democrática, y el trabajo de WikiLeaks lo que hace precisamente es sacar a la luz un gran volumen de información, aunque mucha de ella resulte bastante inconveniente.

No es sorpresa, entonces, que aparezcan intentos de acallar estas voces y censurar el material que pueda ser divulgado por WikiLeaks, dado el beneficio que el control de la información le ha significado a múltiples gobiernos y empresas a lo largo de la historia. Así, cuando la información está en manos de quienes pueden manipularla y tergiversarla para favorecer sus objetivos, y de esta forma conseguir que la imagen que recibe la opinión pública coincida con aquella que los favorece, se habla de defender la libertad de prensa y el acceso a la información. Una situación bastante diferente ocurre cuando está información cae en "las manos equivocadas" y es utilizada para revelar los más oscuros secretos de estos gobiernos y compañías, sus prácticas deleznables y el encubrimiento de la verdad ante los ojos de las masas que los eligieron a través de mecanismos democráticos. En tal caso hablar de censura, de secretos de Estado y de restricciones a la información, resulta ser bastante razonable para aquellos que se precian de ser defensores de la democracia.

Ante los escándalos que han salido a la superficie gracias al trabajo de WikiLeaks, la respuesta ha sido condenar al medio por el cual estos se revelan y no los hechos revelados en sí mismos. Es la típica práctica de matar al mensajero que trae malas noticias, y es una clara falta de atención a los verdaderos problemas de fondo. Tal como afirma Assange en referencia a "Asesinato Colateral": "[el video] envía un mensaje de que a alguien dentro del ejército no le gustan las cosas que están pasando". Pero entonces la solución es silenciar las voces inconformes en lugar de revisar las prácticas que llevan a este creciente inconformismo.

El tipo de trabajo realizado por WikiLeaks juega un papel fundamental en el escenario de Web 2.0 que vivimos actualmente. Hasta hace pocos años la ciudadanía estaba lejos de tener acceso a la información ya que esta era principalmente producida y procesada por grandes empresas dueñas de los medios. De forma similar, resultaba difícil para las voces de oposición llegar a muchos lugares, lo cual facilitaba la manipulación de las masas con base en información falsa o interpretaciones convenientes. Con la aparición de las redes sociales, blogs, wikis y páginas para compartir videos, entre otros medios, la ciudadanía se vuelve productora de información masiva,  generadora de opiniones a gran escala, y encuentra múltiples espacios donde debatirlas. Sin embargo, es con la aparición de páginas como WikiLeaks que aparece la posibilidad de tener acceso a información de primera mano y será el trabajo de académicos, periodistas, analistas y usuarios independientes el que permita hacer un uso adecuado de esta información.

Mientras aquellos con intensiones de ocultar información se esfuerzan por silenciar a WikiLeaks y considerarlo una amenaza  para la democracia, es responsabilidad de las voces en favor de ella luchar por la transparencia en las prácticas de los gobiernos y empresas. No podemos hablar de democracia en sociedades donde los ciudadanos desconocen lo que sus gobiernos hacen con el poder que estos -los ciudadanos- decidieron otorgarles. Y si no nos gusta que la información esté en manos del público, entonces ¿de qué democracia estamos hablando?



Tuesday, July 27, 2010

Más Sobre El Caso Morris

En mi entrada anterior cuestionaba el cubrimiento y relevancia dada a ciertos hechos, así como la posición de la opinión pública y los medios masivos colombianos al respecto. En particular, me fijaba en el caso del negado de la visa a los Estados Unidos al periodista Hollman Morris para realizar estudios en la Universidad de Harvard.

La noticia que encontramos hoy es que tras un arduo lobby por parte de organizaciones de periodistas y defensores de derechos humanos, Morris y su familia recibieron el visado que generó tanta controversia. Este lobby incluyó, entre otros, una carta a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, por parte de la Asociación Nacional (de Estados Unidos) para la Defensa de los Derechos Civiles y la Asociación Americana de Profesores Universitarios, donde se solicitaba reconsiderar la decisión.

Más allá del impacto directo sobre la vida del periodista, lo cual es, sin duda, motivo de celebración, esta noticia es de gran trascendencia en términos del tipo de discurso manejado por el gobierno saliente, y la divergencia observada entre la opinión pública y la realidad nacional.

La revisión de esta decisión hace recordar el famoso fallo de la corte constitucional en el que esta declaraba su rechazo al referendo reeleccionista: allí la opinión pública iba por un lado mientras la institucionalidad y las normas iban por otro, pero aún así, la corte antepuso la norma al estado de opinión y obligó a que se llevaran a cabo elecciones con nuevos candidatos.

En el caso Morris, el gobierno estadounidense enfrenta la encrucijada de mantener su posición y así satisfacer al gobierno colombiano, o responder al reclamo de múltiples organizaciones no gubernamentales -principalmente internacionales- con intereses diametralmente opuestos. Así, opta por la segunda opción y por ese camino muestra su superioridad frente a la administración que termina en su parcialmente exitosa campaña de estigmatización de algunos personajes de la vida pública del país. De esta forma, Estados Unidos prefiere ahorrarse una pelea con organizaciones de periodistas y de defensa de derechos humanos que respaldar el juego sucio del gobierno colombiano. El rechazo que miembros de la oposición o algunos periodistas despiertan en ciertos sectores de opinión nacionales como resultado de esta campaña, no fue suficiente para bloquear el ingreso de Morris a Harvard y, por el contrario, la que queda en entredicho es la postura del gobierno colombiano frente a este y otros temas. Sobre esta campaña de desprestigio, su origen y sus responsables, apenas conocemos unos escabrosos detalles pero, sin duda, muchas más verdades saldrán a la luz pública en los próximos meses.

Ahora, respecto a la trascendencia que la opinión pública y los medios dieron a este tema, la señal que queda en el aire es la calidad del tipo de información que están recibiendo los colombianos y el tipo de discurso que se está manejando. Algo en ellos debe estar mal si en repetidas ocasiones lo que está en el ideario público no corresponde a las normas, y va en contra de las instituciones y procedimientos legales existentes. Es decir, queda la sensación de que los medios y el discurso político dirigen a la población por un camino diferente al que las instituciones establecen. El visado de Morris muestra la falacia del discurso polarizador del presidente colombiano y el engaño al que sus seguidores han estado expuestos durante estos años: mientras este califica a Morris de hacer "apología del terrorismo", el gobierno estadounidense rectifica su decisión y deja sin piso este tipo de discurso; un claro revés más para terminar estos ocho años, y un importante triunfo para aquellos que han trabajado por sacar a la luz pública verdades dolorosas que muchos se han empecinado en ocultar.

Por último, esta corrección es un acierto - ciertamente bajo presión- para la administración Obama, que en repetidas ocasiones ha esgrimido argumentos acerca de las múltiples violaciones de derechos humanos en Colombia -por ejemplo, para bloquear el TLC- pero procedía a castigar a una importante figura nacional que ha mostrado un serio trabajo en este campo.