Monday, May 23, 2011

Comentarios al Libro “De Movimientos a Partidos en Latinoamérica. Evolución de la Política Étnica”

En mi entrada anterior en este blog comentaba un artículo que discute las razones por las cuales no ha surgido un partido de izquierda en la República Dominicana. Una de estas razones es la importancia del discurso nacionalista anti-Haitiano que se ha manejado históricamente en el país y que, entre otras consecuencias, ha dividido a las clases populares de acuerdo a su origen. Así, nación y etnia han jugado un papel más importante que clase en la identidad de los sectores menos favorecidos, lo que dificulta la formación de un partido de izquierda con posibilidades electorales.

Pero si en la República Dominicana las diferentes identidades han dificultado la formación de un partido de izquierda, en otros países de la región la etnicidad ha sido el eje alrededor del cual se articulan algunos partidos políticos. El libro de Donna Lee Van Cott de 2005 “De Movimientos a Partidos en Latinoamérica. Evolución de la Política Étnica” se centra precisamente en el estudio de las condiciones que facilitan la formación y consolidación de partidos étnicos en la región, así como aquellas que permiten a los movimientos sociales convertirse en vehículos electorales.

La metodología del libro es el "Análisis Sistemático de Procesos", según la cual el proceso que genera un resultado recibe tanta atención como las variables causales involucradas en su determinación. La investigación se basa en entrevistas de la autora en Colombia, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Argentina y Perú, lo que le permite contrastar casos donde se han consolidado partidos étnicos frente a otros donde esto no ha ocurrido.

La autora clasifica las posibles variables independientes en tres grupos: instituciones, sistemas de partidos y movimientos sociales. En cuanto a las instituciones, sobresalen el nivel de descentralización, facilidad de acceso a las boletas electorales (tarjetones), curules reservadas para grupos indígenas, sistemas de representación proporcional y umbrales mínimos, como condiciones relativamente favorables para la formación y desempeño de los partidos de origen étnico.

En cuanto a las características de los sistemas de partidos, Van Cott destaca su fragmentación y "desalineación": los partidos dominantes en los países de la región obtienen cada vez un menor porcentaje del total de los votos. Igualmente, identifica como una variable trascendental la debilidad de los partidos de izquierda, lo que abre posibilidades para que nuevos partidos ocupen su lugar en el espectro ideológico.

Finalmente, otro grupo de variables importante para determinar la formación y desempeño de partidos étnicos es el relacionado con el desempeño de los movimientos sociales con identidad étnica. En este sentido, tener acceso a un proceso de reforma Constitucional, una densa red de afiliados, la madurez de la organización de los movimientos indígenas y los efectos trasnacionales de difusión, afectan positivamente las oportunidades de desarrollo y consolidación de partidos étnicos.

Usando estos grupos de variables, la autora describe los procesos que llevaron al desarrollo de partidos étnicos en Bolivia y Ecuador; es interesante destacar que la investigación termina justo antes de que Evo Morales subiera al poder en Bolivia, lo que resalta aún más los resultados de este trabajo. Así mismo, muestra como en el Perú, donde el tamaño de la población indígena haría esperar la formación de un movimiento indígena políticamente fuerte, la lucha contra el terrorismo y el cambio en las reglas de juego establecido por el gobierno de Alberto Fujimori, imposibilitaron el desarrollo de partidos étnicos con posibilidades electorales.

Seguido al estudio de estos tres países, Van Cott analiza de forma combinada los casos de Argentina, Colombia y Venezuela: mientras en el primero la concentración de poder de las élites locales ha dificultado la formación de partidos étnicos, en los dos siguientes estos partidos han tenido resultados remarcables dado el reducido tamaño de su población indígena. Su participación en procesos de reforma Constitucional ha sido uno de los principales activos de estos movimientos en su proceso de consolidación como partidos políticos.

Un tema que aparece a lo largo de los diferentes casos es el papel que han jugado de los partidos de izquierda en el desarrollo de movimientos étnicos y sus posibilidades como partidos políticos. Históricamente, la izquierda –típicamente movilizada por asuntos de clase- ha representado un obstáculo para los movimientos étnicos. En múltiples ocasiones los líderes indígenas han estado subordinados a los líderes de estos partidos, mientras que en muchos otros se ha presentado un proceso de cooptación de los líderes indígenas y, por consiguiente, la debilitación de sus movimientos. De hecho, como mencionaba anteriormente, es la debilidad –y no el fortalecimiento- de los partidos de izquierda tras la caída del muro de Berlín, un aspecto que ha facilitado la consolidación de partidos con identidad étnica en los últimos años.

Tal vez el caso más dramático en cuanto a las dificultades planteadas por la izquierda tradicional se encuentra es el del Perú, donde incluso la simbología indígena ha sido apropiada por las élites políticas e intelectuales mestizas. Esto ha reducido notablemente las posibilidades de encontrar un discurso y símbolos que identifiquen políticamente a los indígenas peruanos y, por consiguiente, ha retrasado la formación de un movimiento político fuerte.

El libro cierra con un balance de implicaciones positivas y negativas resultantes de la formación y ascenso de partidos de origen étnico en la región. Contrario a lo que ha ocurrido en otras partes del planeta, en Latinoamérica el discurso étnico no ha generado conflicto étnico ya que, entre otras razones, ha buscado el apoyo de personas y grupos no-indígenas. Adicionalmente este discurso ha integrado al sistema político grupos que hasta hace poco habían permanecido excluidos, al tiempo que ha introducido nuevos temas en la agenda política y ha recordado que, en un momento donde los partidos tradicionales cada vez se desdibujan más, las ideas políticas siguen importando.

Sin embargo, la inclusión de movimientos indígenas en los sistemas políticos modernos también tiene su costo: desde el cambio de la estructura interna de los movimientos indígenas hasta la penetración y contaminación de su cultura ancestral. No obstante, no es políticamente correcto hablar de sistemas políticos democráticos que perpetúan la exclusión de grupos de su población –por pequeños y marginales que estos sean.

El libro de Van Cott es una contribución importante a la comprensión de la formación y desempeño de partidos de origen étnico. Así mismo, plantea una nueva dimensión para entender la política de la región, en particular en la izquierda del espectro ideológico, y muestra cómo el concepto de identidad sigue siendo importante para la articulación de proyectos políticos incluyentes.

1 comment:

  1. si no es por estas reseñas no se entera uno de la literatura gringa... si ya sé debo perfeccionar el ingles, pero mientras...

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