-Karl Marx y Max Weber- |
Sin duda alguna Marx y Weber estarían bastante entretenidos viendo la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil y las de mitad de período en los Estados Unidos. En el país suramericano, tras el paso de los candidatos Dilma Rouseff y José Serra a segunda vuelta, la atención ha girado en torno a un tema bastante controversial: el aborto. De forma similar, este tema ocupa un lugar importante en el discurso de varios candidatos al Congreso y Gobernaciones en los Estados Unidos, y afecta directamente las preferencias de amplios sectores del electorado. Pero, ¿qué tienen que ver Marx y Weber en todo esto?
Estos dos pensadores tenían visiones diferentes acerca de la relación existente entre las variables culturales, económicas y políticas. Para Marx, las condiciones económicas de la sociedad determinan sus características políticas y culturales. Para Weber, por el contrario, la cultura de una sociedad influencia su vida económica y política (aunque no descarta que estas también influencien a aquella). En términos de variables culturales, son de trascendental importancia la religión, la moral que ésta determina y las posiciones que promueve frente a temas como el aborto.
En el caso de Brasil, la campaña de José Serra, candidato del Partido Social Demócrata, ha aireado la posición de su rival frente al aborto. Así, Serra ha llamado la atención del electorado diciendo que Rouseff, de ser elegida, legalizaría el aborto en el país suramericano. Esto ha puesto a dudar a muchos brasileros; tanto, que de acuerdo a las más recientes encuestas, la una vez amplia ventaja que favorecía a Rouseff, se ha reducido de forma significativa en las últimas semanas. La atención a los temas económicos y la agenda social que Rouseff propone han pasado a un segundo plano, siendo desplazados en la opinión pública por las posiciones frente al aborto. Es de destacar que este cambio de prioridades se da en una coyuntura de progreso económico y social, en un país que ha manejado de forma exitosa los efectos de la crisis financiera reciente.
En los Estados Unidos, con una legislación frente al aborto mucho más laxa que la brasilera, la iniciativa hacia el tema ha sido promovida por varias campañas de candidatos demócratas. En éstas se alerta al electorado diciendo que la agenda republicana es conservadora tanto a nivel económico como a nivel social. Lo anterior significa el señalamiento de una importante oposición al aborto por parte de los candidatos republicanos que resulten elegidos. Ante esto, los republicanos han acusado a sus rivales de cambiar el centro de la agenda, el cual, en su opinión, debe ser casi de forma exclusiva, de carácter económico. La diferencia con el caso brasilero es que la agenda que enfatiza aspectos culturales -la defensa de la libre elección frente al aborto, en este caso- es promovida en un período de crisis económica, con altos niveles de desempleo e insatisfacción frente a la ineficiencia del incremento en el gasto.
Estos dos pensadores tenían visiones diferentes acerca de la relación existente entre las variables culturales, económicas y políticas. Para Marx, las condiciones económicas de la sociedad determinan sus características políticas y culturales. Para Weber, por el contrario, la cultura de una sociedad influencia su vida económica y política (aunque no descarta que estas también influencien a aquella). En términos de variables culturales, son de trascendental importancia la religión, la moral que ésta determina y las posiciones que promueve frente a temas como el aborto.
En el caso de Brasil, la campaña de José Serra, candidato del Partido Social Demócrata, ha aireado la posición de su rival frente al aborto. Así, Serra ha llamado la atención del electorado diciendo que Rouseff, de ser elegida, legalizaría el aborto en el país suramericano. Esto ha puesto a dudar a muchos brasileros; tanto, que de acuerdo a las más recientes encuestas, la una vez amplia ventaja que favorecía a Rouseff, se ha reducido de forma significativa en las últimas semanas. La atención a los temas económicos y la agenda social que Rouseff propone han pasado a un segundo plano, siendo desplazados en la opinión pública por las posiciones frente al aborto. Es de destacar que este cambio de prioridades se da en una coyuntura de progreso económico y social, en un país que ha manejado de forma exitosa los efectos de la crisis financiera reciente.
-Carl Paladino (R) and Mario Cuomo (D); candidatos a la Gobernación de Nueva York- |
Entonces, ¿serán en últimas, las condiciones económicas o, por el contrario, las culturales, las que determinen los resultados políticos en estos países? De acuerdo a Ronald Inglehart, Profesor de Ciencia Política de la Universidad de Michigan, un factor clave a tener en cuenta en esta discusión es la percepción relativa de inseguridad. Sociedades subjetivamente más seguras ponen un mayor énfasis en variables culturales y en valores post-materiales relacionados con la libertad de elección, al tiempo que reducen su respeto por la autoridad religiosa. Por el contrario, sociedades subjetivamente inseguras, muestran un rechazo por los valores post-modernos, al tiempo que centran su objetivo en la maximización del bienestar económico.
Los logros de Brasil en los últimos años en términos de crecimiento económico, reducción de la pobreza y de la desigualdad, hacen pensar que esta es una sociedad relativamente segura que empieza a poner menor énfasis en valores tradicionales y por consiguiente a responder en menor medida a aquellos valores promovidos por la iglesia. Por el contrario, la crisis financiera en los Estados Unidos y sus consecuencias en materia de desempleo e inestabilidad económica, indican que en este momento esta es una sociedad relativamente insegura. Esto hace pensar que la atención a temas económicos y el apego a valores tradicionales seguirán jugando un papel importante en las presentes elecciones. Evidencia de lo anterior es la creciente presencia del ultra-conservador Tea Party durante los últimos meses.
Así las cosas, esperaríamos un menor papel del discurso tradicional en contra del aborto en Brasil, dándole la presidencia a Dilma Rouseff. Al mismo tiempo, esperaríamos un importante papel del discurso económico en los Estados Unidos, acompañado de una menor atención al discurso de la libre elección en materia de aborto y otros temas similares. Esto, desde luego, significaría una gran derrota para el partido demócrata. Por paradójico que suene, los republicanos parecen estar siguiendo de cerca el discurso de Marx.
-Dilma Rouseff y José Serra- |
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