Esta semana escuché a la congresista estadounidense por el estado de Arizona, Ileana Ross Lehtinen, en una entrevista acerca de los hechos ocurridos la semana pasada en los que seis personas resultaron muertas y más doce heridas, incluyendo a la Representante Demócrata Gabrielle Giffords. Su respuesta ante varias preguntas relacionadas con el posible efecto de la polarización política del país, la facilidad para adquirir armas en ese Estado, e incluso, algunas campañas agresivas por miembros del Tea Party, fue siempre la misma: los hechos fueron exclusivamente responsabilidad de un “enfermo mental” y de ninguna manera están relacionados con aspectos sociales, políticos o económicos de la nación. Es decir, son simples hechos aislados.
Desde luego, lo políticamente correcto en este tipo de situaciones es desmentir cualquier complot, tensión política con resultados violentos e ignorar el carácter incendiario del discurso por parte de algunos políticos. Es mucho más conveniente mandar la señal de que estos hechos son un problema mental de un sólo individuo y que, por consiguiente, no hay nada que cambiar en la sociedad.
De estos "hechos aislados" hemos escuchado mucho a lo largo de la historia. En 2007, en coautoría con Andrés Salazar, escribí un artículo acerca de este tipo de posiciones para el caso particular de la violencia entre tribus urbanas en Colombia. Creo que el argumento que desarrollamos en ese artículo aplica para el caso presente tras hacer un simple reemplazo de nombres. Ustedes juzgarán.
Aquí va el enlace:
Sí,absolutamente. Tenemos "locos" en todas las épocas,de todas razas,de todos colores...el de Kennedy o el de Lennon, por ejem.
ReplyDeleteAl igual que en Colombia con nuestro número 1, Jonathan Freedland en el periódico Británico The Guardian, hace el análisis al candente asunto y efectuá la referencia de como en el Reino Unido también se ha aplicado esta equivocada táctica. La retórica virulenta si levanta pasiones y odios y es gasolina ya encendida para avivar las locuras de sociopatas como el de Tucson. Así los líderes Republicanos quieran echarle tierrita al asunto, este será motivo de debate hacia el futuro en la política interna de USA
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