Sunday, December 5, 2010

Comentarios al Libro “¡Basta de Historias!” de Andrés Oppenheimer

Lo primero que me llamó la atención al comprar en una librería colombiana el libro "¡Basta de Historias!" de Andrés Oppenheimer, fue ver la diferencia en su portada respecto a la versión que había visto antes por internet. En esta última aparecen caricaturas de seis presidentes latinoamericanos, vestidos con trajes típicos o alusivos a algún evento importante de sus países de origen, mientras que en la versión colombiana, una de las caricaturas -la de Juan Manuel Santos en uniforme militar- había desaparecido (Ver imágenes). Pensé entonces que la editorial consideraba que las ventas del libro se reducirían si a los lectores colombianos se les mostrara la imagen internacional que tiene el hoy popular líder, lo cual, a su modo de ver, justificaba las diferentes portadas. Seguido a esto me pregunté si el contenido del libro también mostraría sólo la parte conveniente de la historia y ocultaría otras "verdades incómodas", lo cual me predispuso hacia la lectura del texto. Como mostraré en lo que sigue, tras finalizar la lectura mi balance del libro es más positivo que negativo, y la elección y adaptación de portadas es, más bien, un gran desatino.

"¡Basta de Historias!" es el resultado de múltiples entrevistas del autor a personalidades en todo el mundo, las cuales giran en torno a temas directamente relacionados con la educación. Así, Oppenheimer indaga acerca de los logros alcanzados en los últimos años por diferentes países y la forma como los mismos afrontan, desde la educación, los retos de un mundo cada vez más globalizado. Siguiendo con ejemplos como los desarrollados en su libro anterior -"Cuentos Chinos"- el autor muestra algunos contrastes interesantes entre diferentes países en términos de su política educativa, estatus de la educación, y recursos para escuelas y universidades, al lado de marcados contrastes en términos de resultados en exámenes estandarizados, número de patentes, publicaciones internacionales, participación en empresas dedicadas a la ciencia y tecnología, etc. Los resultados para Latinoamérica, salvo contadas excepciones, son bastante desalentadores. Ejemplo de esto es que sólo una universidad latinoamericana -la Universidad Autónoma de México- se encuentra entre las mejores doscientas del mundo y ninguna entre las primeras cien. Más aún, la producción de conocimiento en la región no sólo es muy baja, sino que se encuentra concentrada en cuatro países: Brasil, México, Argentina y Chile. Nuestros países producen menos patentes por años que Finlandia, Corea del Sur, Israel o Singapur, y nuestros estudiantes siempre tienen un peor desempeño en exámenes de matemáticas y ciencia que sus similares de otros países.

Algunos de los casos que presenta Oppenheimer como contraste con la visión que se tiene de la educación en Latinoamérica pueden desanimar al lector y no servir como referencia para llevar a cabo las transformaciones necesarias en el modelo educativo prevaleciente. Por ejemplo, en el capítulo dedicado a Singapur, el autor muestra un sistema escolar bastante rígido y exigente, donde desde temprana edad los niños están sometidos a altos niveles de presión para tener un buen desempeño académico y en el que son duramente castigados al cometer errores. No sorprende esto en un país donde hay pocas libertades políticas, ciudadanos adultos son aún castigados con azotes y se encuentran altos niveles de corrupción y censura acompañados una de las tasas de suicidio más altas del mundo. De forma similar, en el caso de India donde la revolución educativa privilegió a las castas más altas, se promovía la educación científica para unos pocos mientras el país sufría de altos niveles de analfabetismo; esto, como era de esperarse, generó mayores desigualdades sociales, propias de una sociedad jerarquizada y que por consiguiente no es el referente que buscan sociedades con una necesidad impetuosa de reducir sus niveles de desigualdad. Otro aspecto cuestionable de la exposición es la repetida presentación de patrones culturales totalmente diferentes a los de Latinoamérica -idioma, religión, valores-  que, si bien se traducen en éxitos educativos, no sirven como guía para nuestras sociedades.

En este sentido resultan más interesantes los casos que Oppenheimer menciona acerca de los procesos que la misma Latinoamérica está actualmente llevando a cabo y que pueden servir como espejos más cercanos en los que mirarnos. Es el caso de Brasil, donde los sectores público y privado actúan de manera conjunta en la promoción de la educación, y esta se constituye como un objetivo mancomunado de toda la sociedad. Casos similares son los de Uruguay y Perú, que han tenido resultados exitosos en programas de asignación de un computador portátil con acceso a internet para cada niño, a pesar de los obstáculos que ha representado la reticencia a aprender por parte de sus profesores. Y finalmente, los casos de Chile, con una importante inversión pública en educación acompañada de la proliferación de universidades privadas en los últimos años, y de Colombia donde se ha empezado a reemplazar el modelo prevaleciente de los años setenta según el cual el mercado se encargaría de una asignación eficiente de recursos hacia la educación. De acuerdo al nuevo modelo, en las etapas iniciales de la formación de conocimiento es necesaria la intervención estatal para alcanzar cierto nivel mínimo que permita competir internacionalmente; una vez este nivel se alcanza es necesario incentivar a la empresa privada para que continúe el proceso a partir de su integración con los sectores académicos. Contrastan estos ejemplos con los casos de Argentina, donde las principales universidades se niegan a ser evaluadas nacional e internacionalmente; y México, donde un fuerte sindicato de educadores es decisivo en los resultados de elecciones presidenciales, va a huelga con frecuencia, es cómplice de compra y herencia de  puestos de maestros y se opone a cualquier tipo de modernización del sistema educativo.

En términos de la financiación de la educación, la evidencia recogida por Oppenheimer es bastante diversa. Si bien uno de sus objetivos es desvirtuar la idea de la necesidad de un sistema de educación gratuita, varios de sus casos muestran la conveniencia de un trabajo integrado de diferentes sectores de la sociedad en aras de alcanzar los resultados deseados. Ejemplos de esto son los pagos al final de la carrera -una vez el graduado consigue empleo- las becas ofrecidas por el sector privado e incluso la misma financiación por parte del Estado pero con criterios mucho más selectivos a los normalmente observados, como en el caso de Brasil. La crítica general es hacia el uso de recursos públicos para la financiación de estudiantes que no terminan sus carreras. Considera que el uso de los impuestos -incluidos los de los sectores más pobres- para la financiación de estudiantes permanentes de la clase media-alta, es una de las políticas más regresivas e ineficientes que existe y que, sin duda, debe ser corregida. Oppenheimer es también crítico de la brecha entre el número de estudiantes de carreras como filosofía y sicología, frente al mucho menor número en ingeniería y matemáticas. A su modo de ver es un error de nuestros gobiernos financiar carreras que no son acordes a las necesidades del mundo moderno.

Un aspecto importante de señalar de la visión que Oppenheimer tiene acerca de la educación es la forma como esta se percibe en diferentes sociedades. Mientras países como Singapur, China o Finlandia ven en la educación la salida a sus problemas, en Latinoamérica esta ocupa un lugar secundario en el orden de prioridades. A título personal, me atrevería a decir que uno de los causantes de esta situación es el énfasis exagerado que nuestros países ponen en el conocimiento teórico y que deja de lado el conocimiento práctico. Más aún, es normal ver teóricos que menosprecian este tipo de conocimiento, como lo menciona Oppenheimer al citar el caso de profesores universitarios en México, quienes: "ven el desarrollo comercial de nuevos productos como el equivalente a "venderse" a empresas con ánimo de lucro. Ellos dicen que están para producir ciencia básica. A ellos les interesa más un artículo que una patente,…" Sin embargo, si uno ve los artículos internacionales que publican y las citas que estos reciben, sus resultados no justifican su actitud.

Pero el problema del dilema teórico-práctico no se limita a la asociación de la academia con el sector privado sino que también se traduce en importantes problemas para el resto de la sociedad. El conocimiento aplicado -en el que ponemos tan poco énfasis- no sólo motiva al estudiante a aprender más, al ver que lo que estudia está directamente relacionado con su entorno, sino que, al traducirse en investigación de punta, ofrece respuestas a las necesidades de la sociedad, se convierte en fuente de ingresos para las universidades -por medio de la producción de patentes- y garantiza la disponibilidad de recursos para la educación de generaciones futuras. Al tener este impacto en la realidad de la sociedad, la educación alcanza un papel protagónico dentro de la misma. En Latinoamérica nos contentamos con discusiones teóricas "interesantísimas" que tienen poca o nula relevancia práctica para nuestras sociedades y que condenan la educación a un papel secundario (sobre este aspecto y su origen en el legado español pienso escribir más adelante).

"¡Basta de Historias!" termina con una serie de recomendaciones basadas en las experiencias de los países incluidos en la muestra de su autor. Quiero destacar la importancia del papel de la cultura en el modelo educativo: por ejemplo, la necesidad de integrar el sector educativo al resto del mundo; de dejarnos de "mirar el ombligo" y ponernos al tanto de la producción intelectual que se lleva a cabo en otros rincones del planeta. El aislamiento de nuestros profesores y nuestras instituciones son fallas fundamentales si se busca competitividad internacional y un diálogo continuo entre pares académicos. Es igualmente importante la "dosis de humildad" que le hace falta a Latinoamérica en términos de resultados académicos: mientras otras regiones son conscientes de sus falencias y se preocupan permanentemente por superarlas, nosotros tenemos una actitud triunfalista que impide cambiar nuestros mediocres resultados. Se le suma a esto la falta de responsabilidad social de la Universidad en Latinoamérica: contrario a lo que ocurre en otras latitudes, nuestras universidades no tienen que rendirle cuentas a la sociedad y estas se constituyen en círculos cerrados, sin conexión con el mundo exterior y en muchos casos blindadas frente al escrutinio público. Esto, combinado a innumerables tesis que sólo sirven para llenar "Egotecas", dejan a la educación en una posición lamentable y a nuestras futuras generaciones condenadas a seguir por el mismo camino. Desde luego, un problema fundamental para generar un impacto importante en materia educativa es convencer a nuestros políticos de la necesidad de invertir en educación, un rubro que genera retornos a mediano y largo plazo, y que por consiguiente no coincide con los intereses inmediatos de quienes están en el poder.

En general, "¡Basta de Historias!" es un llamado de atención acerca de la política educativa de nuestras sociedades, sus avances y mayores dificultades. Algunos ejemplos donde Oppenheimer ridiculiza a ciertos líderes de la región por la importancia dada a la historia en contraste con aquella dada al futuro - ¡e incluso el mismo nombre del libro!-, pueden desorientar un poco la lectura, por lo cual los considero totalmente innecesarios. No obstante, la comparación de las experiencias de varios países de la región, y la muestra del camino recorrido por otros países a lo largo del mundo desarrollado señalan los grandes retos en materia educativa que enfrentan nuestras sociedades y la necesidad de ubicar la agenda educativa en el punto más alto de nuestras prioridades. Como el autor lo señala, el primer paso debe ser empezar a mirar hacia adelante.

16 comments:

  1. cuales políticas educativas??? si acaso existieran estas no miran al país... solo por poner un ejemplo coyuntural, cómo se siguen inundando los mismos pueblos y con tiempo se sabe que una montaña inestable esta a punto de colapsar pero la ingeniería llega solo cuando bajo la tierra yacen varios muertos. es verdaderamente incomprensible que allí no estén las soluciones técnicas-científicas

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  2. Muy oportuno tu articulo de esta semana. De nuevo a Colombia le va muy mal en las pruebas PISA que califican el desempeno educativo de los estudiantes de mundo (http://alturl.com/cvyjx). De acuerdo con el autor del libro "Basta de Historias" los resultados no parecen escandalizar debidamente a los Directores de Icfes y otras entidades de control de educacion en Colombia. Pero peor aun es la actidud de la mayoria de foristas en la que culpan a los estudiantes de haber fallado, sin darse cuenta que los niños son los mas afectados (y por ende el pais). La mayor falla esta en la falta de responsabilidad de los padres por la educacion de sus hijos. Confiarle a los colegios los cerebros vigenes de sus ninos sin preguntar que y como se les enseña, sumado a la indiferencia del gobierno por materias educativas tiene las peores repercusiones. Si, el estudio PISA demuentra resultados de los que deberiamos estar avergonzados, pero el problema real radica en el circulo vicioso de la ignoracia que nos espera si no se educa a los niños de hoy.

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  3. Discúlpame por favor si el tema no viene al caso ¿Quién realizó esas caricatura de la portada del libro? me gustaría saber del artista, me gusta su estilo.
    Gracias!

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  4. Buscando ilustraciones llegué de casualidad. Como ilustrador debo leer cada semana los artículos de Oppenheimer quien -tras un coqueteo juvenil con la izquierda, que lo llevó al exilio en Miami- intenta presentarse como ideólogo de una derecha liberal y progresista. Pero casi siempre dice medias verdades.

    La educación universitaria pública en Argentina -él lo sabe bien- fue de excelencia hasta que se la destruyó meticulosamente. Su generación, perticularmente, sufrió en 1966 la intervención militar en la facultad de Ciencias Exactas (nada menos) que llevó a la renuncia y exilio a decenas de investigadores consagrados. Hasta entonces, las Universidades públicas habían generado los 3 únicos Premios Nóbel de Ciencias de Latinoamérica.
    Desde hace 8 años los dos gobiernos "populistas" de los Kirchner han elevado sistemáticamente los ingresos de los investigadores, creado un Ministerio de Ciencia y están construyendo un complejo edilicio para sus Institutos, repatriando científicos. Hay organismos (buscar Invap) que construyen desde generadores eólicos hasta centrales nucleares y satélites. Pavadas ¿no?. De las U. privadas sólo salen expertos en Marketing.

    Pero mi área es la Humanística (estudié Arte e Historia). Por eso te recomiendo este artículo en inglés de un profesor norteamericano de Economía:


    http://www.project-syndicate.org/commentary/eichengreen27/English

    y te adelanto una muestra:

    "Thus, China needs to move quickly on education reform. It needs to provide its university students with more flexible skills, more general training, and more encouragement to think critically and creatively."

    Los estudiantes chinos se entrenan (como esclavos) para dar exámenes, como las pruebas PISA. Sus resultados no se trasladan mecánicamente al desarrollo armónico del país. China puede ser el próximo Egipto, dice el artículo linkeado.

    Por último, el dato que pedía el Anónimo: el dibujante es Alfredo Sábat de La Nación de Bs As. y es fácil de hallar por Google. Y ahora a trabajar, que tengo que hacer algo parecido a esa tapa. Saludos.

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  5. Hola Bob:

    Comparto tu opinión general: Oppenheimer muestra cosas interesantes que suelen ser medias verdades.

    Como menciono brevemente en el escrito, algunos de los ejemplos que muestra son bastante indeseables. Sí, es posible que en otras sociedades a los estudiantes les vaya mejor en exámenes estandarizados, pero lo logran construyendo un sistema educativo y orden social que vive exclusivamente para eso.

    Hace poco hablaba con un estudiante de Singapur y me comentaba que "su sociedad no tiene alma". Que desde muy pequeños son entrenados muy duro para obtener buenos resultados en ciencia y matemáticas, pero que como sociedad son totalmente indeseables. Una vez están expuestos a la vida en occidente, prácticamente no tienen incentivos para regresar (cualquier parecido con La Caverna, no es pura coincidencia).

    Por otro lado, yo también veo que Latinoamérica está dando pasos importantes no tanto como para ponerse al día frente a los estándares que establecen los países más desarrollados, sino en definir su propio orden de prioridades y la forma como alcanzarlas. Muchos de los paradigmas que han caracterizado a occidente durante las últimas décadas se han empezado a derrumbar y la región ha sido consciente de eso.

    Me parece que ese es un punto importante que se le escapa a Oppenheimer. Él aún tiene la visión de que el modelo norteamericano es casi que el ideal al que las demás sociedades debemos aspirar.

    A pesar de todo, me parece que el punto de fondo es importante: llamar la atención sobre la educación por encima de muchos otros aspectos. En eso, reconozco, coincido con él.

    Muchas gracias por tu comentario y por tu respuesta a quien preguntó por la caricatura; yo había buscado en el libro pero no dice nada al respecto.

    Saludos,

    Julián

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  6. Gracias por tu respuesta. Totalmente de acuerdo. Un abrazo.

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  7. Hola Julián
    Caminando desprevenidamente por la calle Corrientes de Buenos Aires, -por cierto atiborrada de librerías- me di de frente con el libro “Basta de Historias” y enseguida fije mi mirada sobre la portada –recordaba tu comentario- y esta vez no brillaba por su ausencia JMS, ahí estaba el, con su uniforme bien puesto. (Increíble todo lo que puede encerrar una imagen)

    Aún cuando no he leído el libro, me llamarón dos cosas la atención de tu artículo:
    1. Es imposible no estar de acuerdo con la idea de la educación como mecanismo idóneo para mitigar la desigualdad. Sin embargo lo importante aquí sería a través de qué canal proveer dicho 'bien´. Algunos arguyen público, privado o mixto. Desde mi perspectiva un sistema que logre discriminar por status socio-económico podría ser eficiente. EL problema aquí surge en la focalización –¿cuanto debe pagar cada uno?-.
    2. En cuanto a la provisión de laptops en las escuelas y/o hogares, es u tema importante para Colombia, dado el programa “Computadores para Educar” de la presidencia de la república. Aún cuando no es un gasto oneroso dicha iniciativa resulta importante señalar si es coste-efectiva. Los estudios reciente de evaluación de impacto de dicha política, son ambiguos: por un lado es evidente los beneficios de estas herramientas en las aulas pero por otro lado se escuchan voces en contra. Wenglinsky (1998) and Angrist and Lavy (2002) encuentran una correlación negativa entre el uso del computador en la escuela y algunas medidas de desempeño escolar. En el estudio realizado por Angrist and Lavy (2002) encontraron que la introducción de computadores como medio de ayuda para dictar las clases de matemáticas en algunas escuelas israelíes, produjo como resultado un efecto negativo en los resultados de los estudiantes en esta área en particular.

    Saludos,
    Edinson

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  8. estoy muy estresada...este sabado tengo que presentar un analisis de este libro, es un debate y a mi me toco estar en contra del libro...pero no encuentro nada negativi...ayuda por favor solo me quedan escasos 3 dias...colmex5a@hotmail.com

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  9. Compré el libro aquí en Medellìn, Colombia. y el libro aparece con una portada nueva, en esta Juan Manuel Santos esta vestido de sombrero, poncho y carriel, muy al estilo del ex-presidente Uribe. Buena estrategia la del señor Oppenheimer, porque así se agoto varias semanas en las librerías. Bien por el libro, espero poder tomar lo mejor de este.

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  10. Muy de acuerdo con mucho de lo expuesto, incluso con lo de los comentaristas, muy interesante en gran parte la reflexión.
    Pero hay algo en lo que no estoy de acuerdo ni poco; y aclaro primero que escribo desde Colombia – Latino América valga la redundancia, y que tengo una carrera en música otra en artes plásticas otra en educación y estoy en el proceso de una maestría.
    - Mi disconformidad es acerca de que somos TEÓRICOS…. Cito de arriba “A título personal, me atrevería a decir que uno de los causantes de esta situación es el énfasis exagerado que nuestros países ponen en el conocimiento teórico y que deja de lado el conocimiento práctico”… que somos teóricos donde? , cuando? Si los pocos que hay saben hablar cosas “interesantísimas “como bien dices precisamente porque no hay un contraste en la sociedad; es decir no hay la mínima oposición, o reflexión, debate o interés en la sociedad, lo que me indica que no existe una relación simétrica porque no somos teóricos en general como se dice. Pienso que si lo fuéramos tal vez no tendríamos la poco importancia que se le concede a la educación… entonces estudiar artes, educación, filosofía, psicología o humanidades no sirve para contribuir a cambiar lo paradigmático?.
    - Estoy sin embargo muy de acuerdo que las universidades y toda la comunidad educativa incluyendo ESTUDIANTES no asume la responsabilidad sobre lo que se hace, también porque no hay una sociedad como la nuestra que lo demande, pues además nos gusta creer en los héroes, próceres y villanos, pero no creo que sea por acá que va el asunto pues gran parte del error es cuando quieren ser importantes antes que útiles para la existencia: a diferencia de la necesidades primarias la necesidad cultural como necesidad educativa como tal, se desarrolla en la misma medida que se va dando; como saciando comida. Nos educan para encontrar libertad en el éxito egoísta, individualista, forjando frustración y violencia de diversas maneras. el exitoso es el que siempre gana fácil, rápido y PRACTICO, saliéndose con lo suyo: por eso prácticos si hay en esta sociedad. Nuestros cerebros son entrenados para la sobrevivencia de cada cual no para el bienestar de todos, entonces podemos oír la consigna de los prácticos “mayor control – mayor inteligencia”. Por eso asimismo lasa universidades y escuelas deberían reducir las distancias y reducir la arrogancia académica.
    - Un mal entendido… no creo! , no es como lo que sucedió con el Papa y Galileo, pienso que bien nos viene las ingenierías, tecnología y todo lo relacionado con el progreso hasta yo siempre he quiero estudiar física y espero hacerlo en algún momento pero lo que sucede en este contexto es que necesitamos cambiar de paradigma con respecto a la educación. las estrategias, lo legislativo y demás debe de nacer del cambio de paradigma, no resolvamos solamente las necesidades más urgentes sino también las importantes.

    Es decir creo que el cambio debe de ser paradigmático, sin distancias entre las partes: ciudadanos de a pie – académicos.
    Pero por favor : que no somos teóricos!, hay sociedades que lo son pero no es la nuestra!

    Pdt/ disculpen mi redacción y mi falta de edición… yo quería solo participar

    Salud!

    Andrew T

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  11. Que admiración a esta obra que relata, el verdadero estado de ciertos países, para ni n, y para mal, es estos momentos ladnpersonas no piensan sino en cosas que no producen valor alguno a la sociedad, y como decía en el libro, ps lo infiero yo ciertos países están ensañados en relataspr historias de sucesos que ocurrieron en el pasado, que son del pasado, y que nada nos favorece, mientras qunla educación esta vuelta un desastre, y este es el instrumento por el cual sale un país de la pobreza y avanza, no es e estudiando psicología que estados unidos, o Japón están en los primeros lugares, como potencias, y más que potencias poseen excelentes universidades que por su forma de educación están donde están.

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  12. Interesantes algunos comentarios. Me parece más interesante (estoy abusando de la palabra, je) el tema que el modo como lo encara Oppenheimer. Como no leí el libro, no lo puedo critica, aunque imagino más o menos por dónde va. Me gustaría leer algo que tocara esas temáticas pero desde otra visión, menos "vargallosiana".
    Respecto de ser demasiado "teóricos": es bastante cierto. La teoría me parece muy importane, pero en América latina necesitaríamos más "empiria" y menos teoría. Así como los yanquis tienen la tendencia contraria: sacan estadísticas hasta de las menores estupideces.

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  13. Me expreso mejor: quise decir que la teoría y la empiria deben interrelacionarse. Obviamente dependiendo del objeto de estudio. En filosofía es distinto, porque uno puede especular sin hacer ningún estudio empírico, y está bien.
    No estoy diciendo que la teoría no sea importante ni mucho menos... sólo que no pareciera que en nuestro caso necesitemos poner énfasis allí. Por ejemplo: cuando se habla de si el endurecimiento de las penas mejora la seguridad, hay un punto en que la teoría no basta. Indefectiblemente uno necesita producir datos, estudios de campo, etc. No sé si logré hacerme entender.

    Saludos

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  14. Buena observación respecto al libro, ya sentía un olor a "media verdad" como bien escribes. Gracias y saludos :D

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  15. Buena observación respecto al libro, ya sentía un olor a "media verdad" como bien escribes. Gracias y saludos :D

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